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Por Pao Aguilar.
Estoy de acuerdo en que las buenas ideas de diseño pueden venir de cualquier parte, pero los diseñadores se han convertido en líderes, visionarios y facilitadores; algunos han recurrido al co-diseño como una herramienta que no siempre conduce a la innovación real.
La práctica de co-diseño permite a los usuarios convertirse en parte activa del desarrollo creativo de un producto, al interactuar directamente con el diseño y los equipos de investigación, debido a que hay un entendimiento de que todos los artefactos humanos son diseñados con un propósito. Se basa en la creencia de que todas las personas son creativas y que tanto los usuarios, como los expertos, den sus propias opiniones y plasmen sus experiencias; pueden aportar diferentes puntos de vista que nutren el diseño y la dirección de la innovación. Co-diseño es un método que puede utilizarse en todas las etapas del proceso de diseño, pero especialmente en la ideación o en las fases de conceptualización. La asociación con los usuarios asegura su inclusión en el desarrollo del conocimiento, la generación de ideas y desarrollo de conceptos en productos cuyo fin es servir mejor a estos mismos usuarios. Una sesión de co-diseño puede producir una variedad de resultados de datos, desde la creación de los mapas cognitivos de maquetas de un artículo o servicio hasta el producto final.
En esta metodología los diseñadores ofrecen las opciones y las alternativas, no necesariamente la intención de ser una solución, sino más bien para obtener una respuesta de los clientes y usuarios que a su vez ayudan a aclarar la «causa raíz» del problema. En cuanto a la propiedad se refiere, no hay ningún requisito en el proceso de co-diseño de la concesión de ningún derecho de propiedad intelectual o física de los diseños para las personas que participan, aunque, por supuesto, los interesados pueden sentir que tienen la propiedad moral o emocional de una idea.
Para que los esfuerzos del co-diseño sean efectivos, es decir, para obtener los beneficios esperados, es importante seleccionar los métodos apropiados y formas de trabajo y aplicarlas adecuadamente. Es fundamental identificar a las personas adecuadas (por ejemplo, empleados, clientes, usuarios) para que participen en las etapas apropiadas y darles papeles propios en el proyecto. A fin de realizar mejor el potencial de co-diseño, las personas involucradas deben de tener bien identificadas las metas y objetivos específicos del proyecto de diseño. Asimismo, es indispensable documentar y difundir los resultados con los involucrados, de manera que incorporen a las personas pertinentes. Estas prácticas ayudarán a mejorar las capacidades para llevar a cabo el co-diseño con eficacia, es decir, a cooperar en todas las disciplinas y de cooperar con los clientes y usuarios.
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