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- “Se estima que la tasa de analfabetismo entre los pueblos indígenas es cuatro veces más alta (más de 26% de la población de 15 años y más) que el promedio nacional (7.4%).
- Una de cada tres escuelas primarias generales es multigrado, mientras que dos de cada tres escuelas indígenas son multigrado, es decir, sus docentes atienden más de un grado.
- En 2005, apenas el 13 % de los estudiantes del 6to. grado de primaria en las escuelas indígenas se encuentra en el grupo más alto en términos de comprensión lectora, comparado con el 33% de promedio nacional.
- El 51% se encuentra en el nivel más bajo (el promedio nacional es de 25%)”.
Por Aranzazú Martínez Galeana.
Con una tasa de analfabetismo cuatro veces más alta que el promedio nacional, las poblaciones indígenas en nuestro país vuelven a ser posicionadas en condiciones de desventaja que los siguen y seguirán condenando al círculo vicioso y altamente desigual en el que viven. Más allá del discurso auto halagador y hueco del Ejecutivo y de la Secretaría de Seguridad Pública, hay una realidad en nuestro país: la educación no es obligatoria ni mucho menos, universal; basta recorrer alguna de las calles de la ciudad para ver a niños en los semáforos o entre los coches para corroborarlo. Si bien esto es indignante e inadmisible, esto es aún más tangible en las comunidades indígenas del país.
La pobreza y la educación son factores entrelazados que condicionan a las personas inmersas en la encrucijada diaria del elegir entre qué comer e ir a un salón de clases; condicionan su presente y futuro limitándolas y reduciéndolas a víctimas de un sistema que sistematiza y legitima la desigualdad dándola por normal y cotidiana peor aún, los invisibiliza. De las 25,000 comunidades indígenas que hay en nuestro país, la mayoría se encuentra localizada en zonas de difícil acceso lo que fomenta su exclusión que confirma la idea de que si no las ves no existen o eso parece imperar en el colectivo imaginario de muchos; esta separación espacial es un problema que se agudiza cuando las condiciones materiales no son las óptimas ni tampoco el sistema implementado dentro del salón de clases. Según la UNICEF:
Con estadísticas alarmantes como las anteriores se plantea una y otra vez la misma interrogante: ¿cuál es la raíz del problema? La educación de baja calidad es sólo la punta del iceberg de una realidad en la que viven miles; al verse limitados por condiciones económicas desiguales y presionados por la necesidad de trabajar deben abandonar la escuela para alcanzar su objetivo inmediato, sobrevivir. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) el 36% de los niños indígenas entre 6 y 14 años de edad trabajan (el doble del promedio nacional calculado en un 15.7%). Aunado a lo anterior la migración interna en busca de mejoras laborales es particularmente alta, en el 2003 se estimó que “el 48.7% de los niños que trabajaban como jornaleros agrícolas hablaban alguna lengua indígena y el 42.9% no asisten a la escuela”.
Aparte de la deserción escolar por cuestiones económicas, los niños indígenas inician una temprana vida familiar distinta al resto de la población. Cerca de un 5% de las mujeres indígenas se casó antes de los 15 años contrastando con un 2% de mujeres no indígenas; por otro lado, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) asegura que un 24% de las mujeres indígenas se casó antes de los 18 años difiriendo con un 15% de las mujeres no indígenas. En esta segunda entrega se mencionó brevemente el tema educativo, en próximas se verá un poco más de este sector tan vulnerable y olvidado de nuestro tan alabado México pluricultural.
Los grupos indígenas sin duda se encuentran establecidos en zonas rurales de difícil acceso, por ejemplo en zonas montañosas hablando del sur del país como en Oaxaca, esto como una medida de prevención para que ya no fueran tomados como esclavos. La solución para que tengan mejor calidad de vida , sin duda no esta relacionada con el simple hecho de implementar infraestructura sino en corregir las malas políticas públicas que el gobierno implementó en el pasado beneficiando solamente al norte y al centro del país. Hay que separar los objetivos de erradicación de pobreza y de desarrollo regional, es importante que cada objetivo sea visto de forma independiente para que puedan tener algún efecto.
Por la parte de educación hay que tomar en cuenta que no solo sirve que las personas dejen de ser analfabetas, hay que ser alfabetos funcionales, es decir que además de leer y escribir tengas el sentido de entender lo que estas leyendo y que lo puedas interpretar.
Además de que los maestros son mandados a las zonas rurales como castigo y por ende es algo que no beneficia a este tipo de comunidades, porque además de tener a los peores maestros, no hay seguimiento.