Los videojuegos que juegan con tu mente

Frogger y Silent Hill, dos juegos que te sacuden psicológicamente.

Por Julio César García Fonseca.

Tradicionalmente se cree que los videojuegos sirven para entretener. Mas para un gamer, los videojuegos, además de entretener, también nos ofrecen enseñanzas y nos involucran en la trama, pues el juego es inherente al ser humano y es una forma en la que entendemos el mundo y comunicamos sentimientos. Inconscientemente siempre jugamos, solo que con diferentes tecnologías. Dejemos de lado por ahora la parte didáctica de los juegos y veamos cómo nos involucramos en él.

Los videojuegos que juegan con tu mente.

Paul Jenkins, escritor inglés encargado de publicaciones como Hellblazer, The Spectacular Spider-Man y The Sentry, considera que los videojuegos, nos involucran a través de la historia, pues somos nosotros los protagonistas principales. Dicha idea del humano involucrado en los videojuegos es respaldada por Douglas Brown, académico de la Universidad de Brunel (o geekademic, según el mismo), quien dice que los videojuegos no se juegan, se viven.

Entonces, quien juega se sumerge en el juego, se vuelve parte de él. Ahora bien, ya con el jugador inmerso, ¿qué provoca el juego en nuestra mente? Propongo explorar dos ejemplos.

Frogger

Publicado en 1981 por Konami para las ya casi extintas “arcadias” (maquinitas), en Frogger controlas a una pequeña rana que debe cruzar de un lado a otro de la carretera, y después un pantano para llegar a “casa”. Teóricamente, uno nunca debería perder. Los autos y los troncos del río van a una velocidad constante, las tortugas aparecen y desaparecen avisándote un poco antes. Pero hay un factor que cambia todo: el tiempo; se debe completar el juego antes de que este factor se consuma.

Por lo tanto, te debes mover rápido. Pronto puedes caer en pánico, víctima de tus propias decisiones. El juego sigue como si tú no estuvieras allí. Los autos siguen en su lento avance, mientras el subconsciente te empuja a querer moverte en el juego cada vez más rápido. Pierdes el control y la perspectiva de las cosas. Por lo regular fallas en el objetivo.

Silent Hill: Shattered Memories

La franquicia de Silent Hill se caracteriza por mostrarnos escenas que en la vida real nos volverían locos por sus profundas historias, y por contar con un soundtrack que complementa increíblemente cada entrega. Producida―al igual que Frogger― por Konami, y perteneciente al género “survival horror” (terror de supervivencia), Shattered Memories juega explícitamente con nuestra mente a un nivel psicológico. Veamos por qué.

El protagonista de la historia es Harry Mason, quien en un accidente de automóvil pierde de vista a su hija Cheryl. Él toma su linterna y se adentra en Silent Hill; allí el terror aguarda. Pronto, Harry caerá en una “pesadilla”: el concreto se tuerce, la luz se apaga, los edificios se congelan y, entre los escombros, surgen criaturas del tamaño de un niño, sin piel, que hacen chillidos estridentes y persiguen al asustado Harry quien debe encontrar la puerta para salir de ahí. A lo largo del juego se nos irán haciendo tests psicológicos para determinar los eventos a los que seremos sometidos, y el final que veremos. Así que dependerá de la personalidad de cada quien cómo viviremos la experiencia Silent Hill.

La palabra clave de cómo el juego nos involucra en la trama es: “indefenso”. En ambos juegos el ambiente te provoca una sensación muy fuerte de indefensión de sentirte acorralado sin más posibilidades que huir a toda costa del peligro. Sobre todo porque el videojuego no te da armas u opciones; eres una simple ranita a la que se le dificulta poder sobreponerse a la situación. Por lo tanto, creo que la manera en que están programados los juegos es deliberada: para darnos la sensación de lo pequeños que somos contra el mundo.

Por lo anterior, es digno de consideración que un videojuego pase del mero hecho de entretener a la propuesta de involucrar al jugador, para lo cual se toma particular atención en el factor psicológico en juego. Quizá Frogger no se haya creado con base en programas psicológicos, o no sea intencional que el subconsciente del gamer actúe en consecuencia de lo que se ve, pero así funciona y sí lo provoca. Silent Hill, en cambio, si tiene el propósito de envolver al jugador en un ambiente lúgubre, para que sus miedos salgan a flote y que en una escena “brinque del susto”. Es muy parecido a lo que se lograba en las viejas películas de terror: se crea una atmósfera con base en los miedos de las personas y conforme a eso se crea una trama que al final espanta.

Así es lectores: hay juegos que juegan con nuestra mente. Se preguntarán: ¿para qué lo hacen? En el caso de Frogger quizá no fue tan a propósito, pero sí logra sacudirnos mentalmente. La mayoría de los juegos de esa época funcionaban con ese sistema de puntaje/tiempo, por tanto, es solo pánico personal y la tensión que provoca jugarlo (mención aparte las personas que movían el control de NES para que el personaje se moviera más rápido). En el caso de Silent Hill, pues para atraer más público (también para vender más), para asustarte, para picar la curiosidad delgamer, y para divertirte. ¿Quién no se ha asustado? Ya después es otra cosa darte cuenta que fue una tontería. Te da risa, y hasta lo quieres compartir con tus hermanos o primos; desde luego que solo les darán el control sin mayores explicaciones y esperarán a ver la reacción en sus caras.

Denle una revisión a estos dos títulos. Si pueden también al soundtrack de Silent Hill (que, a mi juicio, está buenísimo). Y cuéntenme lo siguiente: ¿alguna vez se han involucrado fuertemente con algún videojuego? ¿Se han asustado realmente con alguno?