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Por Meraz (de Los Weeds).
No soy fanático de los festivales masivos de música, creo que es muy difícil apreciar en su totalidad a una banda o a un dj en medio de tanto público. Mientras te encuentras parado viendo a un grupo, siempre existen los empujones de la gente que va pasando, y no mencionemos a los ebrios que casi caen encima de ti. Al final del festival terminas extremadamente desgastado como si hubieras estado corriendo por varias horas. Los pies y piernas se encuentran en un punto donde no dan para más; tienes que sentarte y tener cuidado de no ser pisoteado por los eufóricos espectadores.
La comida generalmente es buena y variada, la bebida es cara, pero con un precio necesario para que no todo el público termine en estado de ebriedad y comiencen los conflictos.
Recordando experiencias de los diferentes festivales que he ido, he llegado a la conclusión que es muy difícil que todas las bandas suenen bien, ya que se comparte el mismo sonido y escenario con diversos artistas. Existen algunos escenarios más funcionales que otros en cuanto a sonido e imagen, como pueden ser los escenarios de música electrónica, que generalmente cuentan con un set de luces muy bueno y con un buen sonido; me imagino que es debido al tamaño más reducido del escenario que lo hace más fácil de manejar.
¡Bueno! No todo es malo en un festival, conoces a gente muy divertida y extrovertida, y te la pasas mejor si vas con un grupo de amigos. También existen las bandas que sobresalen a pesar del gran cartel, y muchas veces esas bandas no son las que esperabas ver.
Como artista internacional me imagino que debe ser una experiencia encantadora tocar antes miles de seguidores en otro país que corean y ovacionan tus canciones; y no se diga de la convivencia que debe de existir tras bambalinas.
Espero un día poder tocar en un festival fuera del país, sería una experiencia muy enriquecedora como músico además de divertida.
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