Por Mónica Vega.
Con el paso de los años en la sociedad se ha ido fortaleciendo la cultura de una mentalidad más abierta con todo lo que nos rodea, incluyendo la homosexualidad. Cada vez ha sido más aceptada, pero no por todos. Hay muchas personas que no creen que los homosexuales deben tener los mismo derechos que las personas heterosexuales, lo cual no creo que sea correcto.
Homosexual o heterosexual no deberia importar, al final del día todos somos seres humanos y todos tenemos los mismos derechos y nos merecemos ser respetados de la misma manera. Algunas personas no están de acuerdo con este tipo de pensamiento porque creen que la homosexualidad es una opción o una elección, pero la realidad es que están equivocados, ya que ha sido comprobado en varios estudios que los cerebros de hombres y mujeres heterosexuales y homosexuales son diferentes. Algunos de estos estudios se realizaron en el Departamento de Neurociencias en el Instituto Karolinska en Estocolmo y probaron lo siguiente:
“Los estudios llevados a cabo en 90 hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales, revelaron diferencias funcionales en una región llamada amígdala. Esta estructura, que es bilateral -hay una en cada lado del cerebro-, forma parte del sistema límbico y está implicada en el procesamiento y almacenamiento de las emociones.
En el caso de los varones gays, las conexiones de este pequeño centro informativo mostraban un patrón marcadamente femenino. Por el contrario, la amígdala derecha de las mujeres homosexuales era, al igual que en los hombres heterosexuales, la más dominante y establecía comunicación con los núcleos caudado, putamen y el córtex prefrontal.”
Ser homosexual no es una opción, ni ellos ni ellas eligieron ese tipo de vida, esa es la manera en que nacieron, entonces, no deberían ser tratados como si no tuvieran el mismo valor que una persona heterosexual y se les debe permitir casarse y adoptar hijos.
México es una país muy católico, y es una de las grandes razones por las que la mayoría de las personas no están de acuerdo con los matrimonios entre personas del mismo sexo. La Iglesia católica en lugar de juzgar, debería tomar más tiempo para tratar de entender lo que pasa con las personas homosexuales. La religión católica nos dice que tenemos que amar al prójimo y nunca juzgar a nadie, pero eso es exactamente lo que ellos están haciendo, eso es discriminación.
Los tiempos cambian, la gente avanza y no nos podemos encerrar en una caja pretendiendo que sólo el amor entre un hombre y una mujer es el verdadero. Cualquier persona que ha tenido un amigo, hermano o simplemente ha conocido a una persona homosexual sabe esto; el amor es real no importa si son del mismo sexo o no.
Personas opinan que los homosexuales deben decidir simplemente vivir juntos, sin “hacer escándalo” por no tener la aprobación para casarse, pero entonces… ¿por qué existen personas que siguen viendo mal que una pareja heterosexual comparta su vida con otra sin contraer matrimonio? Al igual que las parejas de hombre y mujer, los homosexuales necesitan ese momento, cuando le prometes amor eterno a esa persona especial, quieren y deben poder tener esa obligación uno con el otro, poder crecer y madurar juntos, además de las implicaciones de ley, herencias, seguro médico y todo a lo que te da derecho el tener un cónyuge.
Otro “problema” que tienen que afrontar las personas homosexuales es la adopción; se tiende a creer que tener dos papás o dos mamás no es bueno porque se pierde lo “escencial” en una familia, pero nadie tiene las bases para decir que tener dos padres del mismo género es lo peor, porque muchas veces pueden hacen mejor trabajo que una pareja “convencional”. Ser padre o madre no puede ser evaluado por la sexualidad de una persona sino por el amor, respeto, atención y cuidado que uno le da a sus hijos.
Las nuevas generaciones aceptan cada vez más la diversidad y eso incluye los matrimonios homosexuales. Espero que muy pronto éste ya no sea un tema a tratar, que sea algo natural y cotidiano, porque todos tenemos derecho a la felicidad y nadie tiene derecho a decirnos con quién debemos formar nuestra familia.
Me parece fantastico este articulo, la conviccion de que todos debemos ser respetados por igual sin importar la preferencia sexual deberia ser ya algo completamente natural. FELICIDADES!