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Por Andrea García Borja.
En la escuela me enseñaron que existen cinco continentes pero platicando con unos amigos, educados en el extranjero, me di cuenta de que en cada país enseñan cosas diferentes. Por ejemplo, en Estados Unidos dividen a América en dos. Sin importar a dónde has ido a la escuela, seguramente no te enseñaron acerca de ese otro continente, el que flota como una gigantesca isla en el norte de océano pacífico.
No estoy exagerando, ¡es gigantesca! Ocupa alrededor de 700,000 km2, es aproximadamente del tamaño de Francia y tienen más de 10 metros de profundidad. No solo eso, sino que se calcula que pesa unas 100 mil toneladas. ¿O serán trescientas mil, o quinientas mil? El número es lo de menos, lo importante es la magnitud del desastre natural.
Esta conglomeración de residuos sólidos, se compone principalmente por plásticos – botellas, bolsas, vasos, juguetes y cualquier cosa que se puedan imaginar. Estos desechos vienen de todos los países del mundo y han llegado hasta ahí arrastrados por las corrientes marinas. Y ahí van a permanecer, pues los plásticos que comúnmente se utilizan no son biodegradables, entiéndase que no van a desintegrarse en muchos, muchos miles de años.
El desastre natural es de dimensiones inigualables. Evidentemente, afecta a todas las especies marinas del área pero la catástrofe se extiende al medio ambiente en general. Un ejemplo, es la inmensa cantidad de aves muertas que se pueden encontrar en esta particularmente asquerosa isla.
La especie humana ha cometido una cantidad innumerable de abusos contra el medio ambiente. Creo que este es el peor de los extremos y es increíble que tan poca gente conozca la existencia del continente plástico y no se den cuenta de que todos y cada uno de nosotros hemos contribuido a su formación. Nosotros muy tranquilamente tiramos nuestra botella de agua en cualquier bote de basura y no nos interesamos por cuál será su siguiente destino; creemos que hemos hecho bien pues estamos siguiendo las enseñanzas de nuestros padres, pusimos la basura en su lugar. ¡Esto no es suficiente! Hay que ser conscientes de que los basureros están desbordándose y vivimos rodeados de la basura que nosotros mismos producimos.
Entendamos que la única manera de salvar lo que queda de este nuestro mundo, es siendo conscientes del daño que le estamos haciendo y reducirlo. Aplicando las tres Rs: Reducir, Reutilizar y Reciclar, podemos reducir este daño. Reduce, no comprando botellas desechables; si ya la compraste porque te morías de sed, Reutilizala muchas veces; si ya debes desecharla porque ya dio lo que tenía que dar, asegúrate de que sea Reciclada.
Aquí les dejo un video para que conozcan el desastre natural de la isla de plástico.
El artículo me gusto y el video es excelente, ya que sin tener texto ni audio hablado te puedes dar cuenta del daño que estamos haciendo a nuestro planeta, así que no queda otra, A RECICLAR.
Saludos.
Andrea hasta me dio miedo¡¡¡¡¡¡¡¡¡ esta excelente este articulo
Felicidades.