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Por Andrea Karan.
¿Te da pena ir a comprar condones a la tienda o a la farmacia? ¿Todavía le pides a tu mamá que te compre toallas sanitarias? ¿Evitas llamar por su nombre a tus órganos sexuales o a partes del cuerpo de tu pareja?
Aunque no lo creas, esto es de lo más común. Muchas personas le tienen pena y miedo a expresar su sexualidad libremente por miedo “al que dirán”. Esto no solo es una situación que no debería darse, sino que básicamente no debería existir la pena o la vergüenza a la hora de comprar unos preservativos, por ejemplo.
Al iniciar la vida sexual se debe estar plenamente convencido y consciente de lo que uno está haciendo. No es únicamente compartir las sábanas con una persona, sino hacer todo para que la otra persona esté bien. En principio, el acto más considerado que se puede hacer por la otra persona es usar un preservativo que protegerá la salud de ambos. Aunque siguen existiendo mitos de que “con condón no se siente igual”, pienso que es mejor usar protección en vez de arriesgar la salud, y en algunos casos la vida por unos minutos de placer.
El caminar hasta la farmacia para comprar un paquete de preservativos habla de una persona que ejerce su sexualidad con responsabilidad, así que si la vendedora o el vendedor te ven con cara rara, será mejor ignorarlo y pensar que creces un poco como individuo cada vez que eres responsable. Aquí cabe señalar que siempre será mejor un condón usado a buen tiempo, que comprar un anticonceptivo de emergencia. Éstas píldoras han revolucionado por segunda vez al mercado de la anticoncepción, ya que muchas chicas creen que pueden tomarla como si fuera un remedio mágico cada que tienen relaciones sexuales.
Esta píldora de emergencia puede causar serios estragos a su salud, y no solo es peligroso usarla constantemente debido al alto riesgo de sufrir trombos en la sangre sino porque esta pastilla no previene ETS, y muchas veces los embarazos sí suceden a pesar de haberla utilizado.
Si llevas una vida sexual activa con una pareja dentro del esquema de la monogamia, podría convenirte un método anticonceptivo hormonal, previa cita con tu médico ginecólogo para que determine qué es lo que más te conviene.
Es hora de que nos quitemos los prejuicios que nosotros mismos seguimos imponiéndonos unos a otros dentro de la sociedad. Comencemos pensando que las personas que se ocupan de su sexualidad, son responsables y que en la medida que hagamos lo mismo, tendremos la oportunidad de construir una sociedad más sana, mayor informada, y con mente abierta.
Nos leemos pronto.
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