Por Mariana Uty Estrada.
Damian Alcázar interpreta a Marco, un arquitecto que vive en la agitada Ciudad de México. Una vez que es culpado de un crimen que no cometió, se ve orillado a huir de ahí.
Después de que él y su pareja, apodada “la Chamuca”, fueran perseguidos por la policía, se ven obligados a esconderse con el fin de dejar que la situación ‘se enfríe’. Mientras que ella se va con una tía a Estado de México, Marco encuentra refugio en Muérdago, pueblo donde viven parientes de él. Sin embargo, durante su estancia, descubre que aquel lugar no es tan tranquilo como aparentaba. Por el contrario, existe un deseo por parte de sus familiares de obtener dinero y poder, lo que demostrará que la situación es mucho más complicada que en la gran ciudad.
Roberto Sneider, también director de Arráncame la vida, debuta con una entretenida adaptación de la obra honónima de Jorge Ibargüengoitia, que al igual que la novela, te atrapa desde el inicio, y se mantiene en pie hasta el final. Para quienes lo leyeron, quizá concuerden en que ésta es indudablemente una historia divertida y muy fácil de digerir. La película, que sigue fielmente la línea del libro (con ligeras variaciones), se aprovecha de la excelente actuación de Damián Alcázar, José Carlos Ruiz y Margarita Isabel para convertirla en una comedia costumbrista y de humor negro, un género poco visto en el cine mexicano.
Al igual que Ibargüengoitia, Sneider satiriza a través de Marco y sus familiares ciertos aspectos de la sociedad mexicana, entre ellos, la corrupción, pues con unos cuantos billetes, el personaje principal logra salirse con la suya. Asimismo, se burla de la forma en la que se manejan los valores, sobre todo en las pequeñas poblaciones, donde la lucha por obtener poder y dinero se hace más evidente que en la gran ciudad, haciendo referencia un famoso dicho: pueblo chico, infierno grande.
El filme, estrenado en el año de 1995, participó en varios festivales en alrededor del mundo, recibiendo especial reconocimiento en el Festival de Cine de Bogotá, y Festival de Cine de Tres Continentes en Nantes. La cinta también recibió tres Arieles de plata, los cuales fueron otrogados al director, José Carlos Ruiz y Margarita Isabel.
Cuando se habla de cine mexicano, son pocas las películas que sobresalen en este género, como lo mencioné anteriormente, y definitivamente, Dos Crímenes es una de ellas. Mientras que en muchas ocasiones nos topamos con sobreactuaciones, y tramas que no llegan a ningún lado, ésta obedece la historia original, y logra hacernos pasar un divertido rato. Por esta misma razón, la recomiendo; porque es distinta a la mayoría y nos deja además, con un buen sabor de boca.
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