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Por Viry Masfalda (de Masfaldas).
Había una vez una niña que lo último que pensaba era dedicarse a ser maestra… y de música. Pues bien, es la cosa más difícil del mundo y más cuando eres maestra en un jardín de niños, ¡y más!, si tienes un festival navideño que preparar con más de 100 alumnos. Es ahí cuando me acuerdo por qué diantres nunca quise ser maestra… y de música.
Caramelos, ratones, soldados, princesas, nubes, triángulos, panderos, claves, crotalitos, huevitos, guión, maestras, papás, escenografía, etcétera y un más largo etcétera.
Para mi buena suerte la música es algo que a los niños les encanta, aunque claro, es un arma de dos filos cuando ésta los pone en estado feliz. Lo maravilloso de los niños es que para ellos todo es nuevo y son capaces de aprenderlo todo desde el principio.
Yo no soy una maestra tradicional, por lo que hice un método de enseñanza que aplico a cualquier persona, pero principalmente para los niños. Pude lograrlo gracias a una compilación de técnicas de todos los grandes maestros que he tenido. A todos ellos, con todo mi corazón y eterno reconocimiento, ¡gracias!
Volviendo a mi jardín de niños, estamos en ensayos finales y corremos peor que rateros en La Lagunilla. Somos producción, staff, técnicos, paramédicos, animadores, y además, ensayamos todos los días. Afortunadamente todo está listo y hoy (19 de diciembre) es el gran día.
Pero oye, Miss Viry, ¿qué vas a presentar entonces para Navidad? El Cascanueces, de Tchaikovsky. ¡Deseenme suerte!
Miss Viry, has logrado un gran cambio en nuestros niños y te doy las gracias por la dedicación que le has puesto a este festival, que estoy segura de que será un éxito, te mando un fuerte abrazo y sabes que se te quiere y estima, y sobre todo se te admira por tu profesionalismo. Mil gracias.
Maca!
Muchas Gracias!:)
Un abrazo enorme!!!