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¿Qué tal que hoy si se hicieron realidad algunos de los mitos urbanos que tan fervientemente circularon por internet, y ya desaparecimos unos cuantos?
Me quedé pensando y dije: híjole, pues sí me hicieron falta de hacer muchas cosas, los viajes que tenía programados para el año que venía ya valieron, ya no voy a tocar en vivo las nuevas canciones que hice. Y en cuestión amorosa me quedé a medias. ¡Ah! Y todo el trabajo que hice se perdió en este final tan catastrófico; ¡no! ¡Tanta chamba para nada! Ni modo. Bueno, ¿y ahora?
Si ya llegó el momento me voy relativamente contento, aceptando lo que hice, bueno o malo, mucho o poco, sin espacio alguno a la frustración; ¿qué caso morirse así? ¡Que le valga a uno! Pero si sobrevivo, esa ansia por seguir creando me alentará a unirme al movimiento extraterrestre que llegue.
Para mí este mundo no tiene mucho sentido (qué drama, ¡ja!) y eso es lo más divertido de todo, que no se puede esperar nada de nada, ni de nadie. El chiste es estar plantado en el momento y experimentarlo tal como es. Cosa que en una mente tan fantasiosa como la mía se vuelve sumamente complicado. Pero bueno ojalá sigamos vivos y hayan más años para locuras y aventuras. Y si se acabó, pues que haya otra vida en donde no exista el dinero.
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