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Por Yazmín Portugal / Producción GIFF.
San Miguel de Allende, Guanajuato, a 9 de enero 2013.
No hemos perdido la ilusión, hemos crecido y olvidado a ver el mundo como lo hacíamos a los 5 años, cuando las resbaladillas oxidadas del parque en que jugábamos parecían enormes toboganes, los baños en la tina una expedición en el océano y la carta a los reyes un telegrama al cielo.
Esa ilusión regresa a nosotros cada año cuando los ojos de un pequeño se asombran al verte llegar; están seguros de que eres ayudante de esas tres estrellas que brillan en la noche y que este año no se les olvidó llevar juguetes más allá de las montañas. El telegrama llegó, pienso, los Reyes Magos existen.
Algunas veces he escuchado decir que la energía de San Miguel de Allende proviene de las montañas. Basta con cruzarlas para entender eso que hace tan especial la ciudad.
Nada aquí es imposible, los juguetes, la ropa, las cobijas y los dulces comenzaron a llenar la oficina; los traen personas que conservan la ilusión de la cual hablo, que se han sumado otro año a este proyecto y que también mandaron un telegrama al cielo cuando eran niños.
El REYETÓN 2013 llegó a las comunidades en una caravana de 17 vehículos, 50 voluntarios, un maravilloso mago, un espectáculo de títeres, miles de juguetes y desde luego los 3 Reyes Magos. Fuimos detrás de las montañas que nos rodean y bajo una lluvia de burbujas de jabón los pequeños bailaron y brincaron al ritmo de la música y las risas.
No esperábamos nada a cambio, nuestra misión era quizá envolvernos de ilusión para continuar el año. Pero ese día vi correr a una pequeña a los brazos de su padre con su nuevo triciclo y entonces dibujó en sus labios la sonrisa más grande que haya visto jamás. Aquel hombre besó en la frente a su hija y también sonrió; los reyes magos existen, lo confirmé.
No es ningún engaño lo que sucede cada 6 de enero; el dejar leche caliente y galletas bajo el árbol y lanzar un globo al cielo. Es para mí la más hermosa verdad que nos han contado desde pequeños, porque estoy segura que esa ilusión es la semilla y el mensaje que nos siembran nuestros padres para que al crecer los reyes magos continúen su misión.
Basta conocer a la familia GIFF para darnos cuenta que la semilla está muy sembrada en cada uno de los corazones.
Gracias a los que este año contaron juguetes, los empacaron, prestaron sus vehículos, donaron cobijas, bicicletas y dulces. Gracias a los que pusieron sus manos para llevar tanta felicidad a las comunidades.
No hemos perdido la ilusión, la hemos recuperado.
Imágenes, video y texto cortesía del International Guanajuato Film Festival.
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