Una aventura extraordinaria o una metáfora de la fe

Por Ana Escárcega.

Ang Lee nos narra bellísimamente esta historia de fe, de autodescubrimiento y de lucha constante; basada en el libro del mismo nombre de Yann Martel. Desde el inicio de la cinta, se declaran las intenciones del director con el plano secuencia del zoológico en la que se aprecia la vida que sufre en este maltratado planeta –a lo largo de la cinta se hacen visibles varias características de la naturaleza de ciertos animales y que comparten con el ser humano-.

Una aventura extraordinaria o una metáfora de la fe.

Life of Pi es una metáfora completa: un narrador que cuenta su vida a un escritor canadiense, historia que, dice, lo hará creer en dios.

La historia de Pi es una mescolanza constante entre la realidad y la fantasía; nos hace dudar si la historia fue inventada desde un principio o si es totalmente real. Pi descubrirá que se tiene que creer en lo increíble para poder soportar la crudeza de la realidad.

Todo depende de si queremos creer o no.

Life of Pi nos dice básicamente esto, la fe no es un don, sino una decisión.

La historia es compleja y reflexiva y Lee consiguió unir perfectamente este aspecto con una maravilla visual que solo se compara (y supera, creo yo) a Avatar de James Cameron; el impacto visual que causa la película es tan impresionante, que pareciera que nos muestra colores inexistentes. La fotografía de Claudio Miranda y la música de Mychael Danna complementan el círculo de la historia que nos cuenta Ang Lee.

La tercera dimensión vale 100% el costo extra; logra una imagen clara y desarmante al momento de disfrutarla.

No es una sorpresa entonces, que esta película lidere la lista de cintas con más nominaciones al Oscar (mejor película, mejor director, mejor guión adaptado, mejor fotografía, mejor canción original, mejor banda sonora, mejores efectos especiales y mejor montaje) así como tampoco será sorpresa que gane varios –si no es que todos, como fue el caso de Quisiera ser millonario de Danny Boyle-.

Así es que no se dejen llevar por la mala traducción del título, que además no le hace ni tantita justicia, y vayan a verla en 3D. Si son como yo, habrán de verla más de una vez porque las metáforas visuales y narrativas de la cinta van mucho más allá de los efectos o de la historia de la vida que nos cuenta Pi.

Life of Pi es, sin duda, una de las mejores películas que haya visto en el cine últimamente.

¿Quieren un plus? A diferencia de Peter Jackson con El Hobbit, Ang Lee no utilizó un solo animal real para su película. ¡Bravo!