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El día de hoy les contaré la historia de las calles que llevaron los nombres de 1ª y 2ª del Indio Triste (hoy 1ª y 2ª del Correo Mayor y 1ª del Carmen).
La leyenda cuenta que en tiempos de la Nueva España, en una de las casas de la calle que hoy lleva por nombre 1ª del Carmen (probablemente en la esquina con la calle de Guatemala antes de Santa Teresa), vivió un indio en el siglo XVI que a cambio de espionaje y servilismo recibía favores de sus amos.
De enormes premios se vio rodeado aquel indio que cumplía con su deber de ser delator de sus congéneres ante el virrey que lo apapachaba con riquezas que ningún indio en su tiempo se podría haber siquiera imaginado. Sin embargo, con tanta riqueza, llegó el vicio y después del vicio la perdición.
Dicen que sus compañeros tramaban una conspiración contra los españoles, donde con salvajismo, asesinarían a aquellos que consideraban ajenos a sus tradiciones. Sin embargo, si bien el indio acaudalado no estuvo en condiciones de delatarlos, otro espía lo hizo y dejó en evidencia la inutilidad de aquel indio que ahora ya no servía.
El virrey despojó entonces de toda riqueza al indio y lo dejó morir a su suerte, después de muchos años de vivir siempre sentado y apesumbrado por el error que le habría de costar posteriormente, la vida…
Pero bueno, eso dice la leyenda, ya que probablemente la historia de aquella calle del Indio Triste fuera quizá más sencilla.
Y es que hay que recordar que a la caída de Tenochtitlan, los españoles que construyeron sus casas con las ruinas mexicas que aún se levantaban después de la sangrienta caída, utilizaron en muchas edificaciones monumentos o piedras que adornaron las fachadas de éstas. Hoy existen ejemplos como el del hoy Museo de la Cd. De México, o donde hace algunos muchos años fue la librería Porrúa. Probablemente eso sucedió entonces en ese sitio donde algún español colocó la piedra del Indio Triste, y el vulgo de inmediato, la bautizó así.
Probablemente eso sucedió, o de plano, la leyenda fue verídica y hoy nos queda tan sólo el recuerdo de aquel triste indio de siglo XVI.
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