En tiempos de la Colonia hubo necesidades de vigilancia en las calles de la ciudad; de ahí, como herencia de los gobiernos españoles, surge en México la figura del sereno, que no era otra cosa que alguaciles representantes del Ayuntamiento que hacían ejercer la autoridad en las calles en horario nocturno. Con porra y silbato, el sereno guardaba la paz nocturna de la ciudad.
Si acaso hoy día sería difícil imaginarse un monumento dedicado a la policía, tristemente devaluada para gran parte de la población, es posible encontrarnos en plena Glorieta de los Insurgentes la presencia de un monumento a uno de sus antepasados. Actualmente reluciente después de cierto abandono, es posible encontrarnos con el sereno en un lugar digno donde se le puede admirar.
Quizá el único «pero» tras su remodelación, es la ausencia de la placa que nos recordaba que el 3 de noviembre de 1792 se iniciaba oficialmente la seguridad pública en la ciudad de México. De cualquier modo, y en comparación con otras esculturas de la ciudad, parece que la suerte del sereno es positiva.
¿Qué otras esculturas ubicas en la ciudad de México? ¿Cuáles crees que debieran ser rescatadas del olvido?
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