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Por Asfaltos.
Hace algunos días iba caminando, precisamente en un monte, cuando me topé con un maguey. Herido con nombres de varias personas, a manera de recuerdo, como una especie de antecedente del graffiti, me llamó la atención el que siempre queramos ligar un amor a la eternidad; grafiteando una pared, rayando un árbol o grabando una penca de maguey.
Recordé entonces una película de 1979 llamada La Ley del Monte. La película, basada en El niño de la bola de Pedro Antonio de Alarcón, se ubica en tiempos del porfiriato y la revolución mexicana. Cuenta la historia de Maclovio, quien regresa a su pueblo para quedar pronto atormentado por el que fue el amor imposible de Soledad; hija de ricos hacendados.
Sin ánimos de revelarles la película, en ella se incluye precisamente una canción del mismo nombre que la cinta en la que se menciona la frase «Grabé en la penca de un maguey tu nombre«. La canción, escrita por José Ángel Espinoza, se convirtió de inmediato en uno de los grandes clásicos de Vicente Fernández. Hoy día sigue retumbando como una gran canción ranchera ¡sí señor!
En fin, le tomé una foto a ese maguey, pensando que mi humilde gesto ayudaría a inmortalizar los nombres ahí colocados; y quizá, solo quizá, añadiría simbólicamente el de ella… ya sabe ella a quién me refiero.
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