El fútbol llanero, el verdadero corazón de la pasión

Por Omar Ramírez Luckie.

Tierra, arcilla, arena y hasta piedras, no importa sobre qué, lo importante es que nos permite fantasear con ser un futbolista afamado, con jugar en el mejor estadio del mundo, rodeado de miles de aficionados que corean tu nombre. ¿Sabes qué es?… sí, el fútbol llanero, el verdadero espíritu del deporte más afamado del mundo.

Se sabe que en sus orígenes, el fútbol llanero, era llamado así pues se practicaba en los grandes espacios abiertos de la ciudad, que poco a poco se han perdido entre la grandeza de los edificios.

Pero si en algún momento se ha tratado de explicar el origen del fútbol llanero, se ha perdido el tiempo, porque éste no nace en una cancha, nace en los corazones de quienes lo practican; de aquellos que domingo a domingo se juntan con sus compañeros para olvidarse de las presiones de la gran ciudad y sentirse un paso más cerca del fútbol profesional.

Balones más duros que una piedra, nombres de equipos que no asustarían a nadie en una batalla futbolística. Estadios improvisados, que en el mejor de los casos tienen gradas metálicas con las que se debe tener cuidado para no cortarse y qué decir de los vestidores que en muchos casos son inexistentes.

Pero ¿qué importa? Qué importa cuando se juega con el corazón, sin estar preocupado por llenar un estadio o por cumplir un contrato, qué importa todo cuando se juega por el simple sentimiento que da el entregarse totalmente en una cancha.

En estas canchas no suenan los gritos que corean a Ochoa, a «Rafa» o Bravo, aquí el publico conformado por los familiares de los jugadores y uno que otro despistado que pasa por el lugar, apoyan al «Cheto», al «Bolas», al «Puchis», al «Tripas» y a todo aquel, que gracias a su destreza y dinamismo, llena la pupila de los espectadores al realizar una jugada destacada.

Es aquí donde uno se debe cuestionar si acaso será que en los llanos es donde realmente se encuentran los mejores jugadores. Difícil de contestar ¿no? más aún cuando se ven partidos, en donde equipos repletos de figuras internacionales no ofrecen nada espectacular al aficionado o cuando los jugadores «estrellas» se comportan con apatía y sin convicción. ¿Será que los profesionales han perdido el verdadero sentido de practicar el fútbol soccer?

A veces parece que el fin de las malas rachas del fútbol mexicano puede detenerse cuando volteemos al fútbol llanero y así descubrir que los verdaderos talentos se encuentran llenos de tierra, con las rodillas raspadas y con una sed insaciable provocada por toda la tierra que se tiene en la garganta después de correr; pero que tienen como principal característica el jugar llenos de pasión.