Ni eran magos, ni eran tres; en realidad se sabe muy poco de aquellos que en el Evangelio de Mateo se mencionan como «magos». Se sabe que venían de oriente, o así por lo menos se menciona en la Biblia, y se sabe que siguieron una estrella; del mismo modo se sabe que ofrecieron tres regalos; pero en realidad no se conoce mucho más.
Resulta un poco difícil encontrar a los Reyes Magos históricos, pues en la Biblia se menciona poco de ellos, y en realidad muchos de los «hechos» que se dan hoy forman parte de una evolución que se fue transformando con el paso de los años y las diversas interpretaciones que de éstos se hicieron.
El hecho de que sean tres proviene únicamente del número de obsequios que se menciona que éstos entregaron al niño Jesús: incienso, mirra y oro. Sin especificar si en realidad sólo fueron tres personajes, a la historia ha pasado la lógica que marcó para muchos el que fueran tres quienes entregaran mismo número de obsequios; pero nada lo asegura.
Sobre el origen de los Reyes Magos hay algunas pistas en la misma Biblia. En la zona que ocupan actualmente Etiopía y Yemen existieron cantidades importantes de incienso, y oro. Para ser precisos en la ciudad de Saba. La ciudad, mencionada en el libro de Isaías del Antiguo Testamento, poseía también importantes cantidades de oro y mirra.
«Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová.» (Isaías 60:6)
En la época el incienso era importante por su atribución de acercar a los creyentes a Dios; la mirra era uno de los componentes más importantes de la elaboración de medicinas, perfumes y ungüentos; y el oro, bueno, el oro fue siempre el metal más valorado y apreciado debido a que nunca perdía su color ni su lustre.
Sin embargo, en la misma Biblia, surgen algunos datos interesantes sobre el origen de los Reyes Magos. Uno de ellos fue el hecho que la ciudad de Saba se encontrara no al este de Jerusalén, sino al sur. Del mismo modo se menciona que provenían de un hogar de sabios, cuando en realidad Saba si bien era una ciudad mercantil y comercial muy importante, no destacó por ser hogar de grandes eruditos.
De acuerdo al Evangelio de San Mateo, la palabra correcta con la que se definió a los hombres sabios era en realidad «magoi», que el mismo Heroódoto, Padre de la Historia, describió como una misteriosa comunidad religiosa en lo que hoy vendría siendo Irán del Norte. Es probable que para evitar la confusión y la poca claridad de la religión de estos personajes, se optara por utilizar la palabra «mago». Nada cierto, de cualquier modo.
Sobre el nombre de los Reyes Magos, siguiendo la tradición final que marca que fueron tres, le debemos al monje benedictino, Beda El venerable, el hecho que los Reyes Magos sean conocidos como Melchor, Gaspar y Baltazar, quienes con ayuda del arte serían inmortalizados y popularizados, sobre todo, en los territorios católicos.
Es cierto, existen muchas dudas, teorías, y también muchas investigaciones sobre el real origen de los Reyes Magos; quizá el único hecho es que una mañana como hoy, la del 6 de enero de 2014, llegaron a casa de muchos pequeños mexicanos a regalarles una que otra sonrisa. Sí, ese es un hecho.
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