El libro instrumental, ese librillo odiado y amado

Por Luis Mario Reyes Pérez.

Según las nuevas corrientes que estudian la literatura infantil y juvenil hay cuatro tipos de clasificaciones (por así llamarlos). El primero es la literatura creada, que son aquellas obras hechas específicamente para el público infantil y juvenil. En segundo lugar se encuentra la literatura ganada, que son textos que a lo largo del tiempo se han ido encasillando en la literatura infantil y juvenil sin haber sido creadas como tales; un ejemplo clásico: Alicia en el país de las maravillas.

El libro instrumental, ese librillo odiado y amado.

En tercer lugar está la literatura hecha por niños y jóvenes destinada para ellos mismo; este apartado ha sido de gran controversia, pues algunos críticos no están de acuerdo en que los textos realizados por niños y jóvenes puedan tener un nivel adecuado para llamárseles literatura. Por último, como razón de ser de esta columna, tenemos a la literatura instrumental: textos creados para educar.

Desde siempre he tenido un serio problema con la literatura instrumental, siempre que me acercaba a los libros de valores, experimentos o exploración, los aborrecía al instante. Me hacían sentir como si estuviera en la escuela, sentía como si mi Miss hubiera mutado en un libro de Barney y sus amigos que aprenden a compartir. En verdad los odiaba.

No soportaba ver a Mickey observar por los dos lados de la calle para ver si era seguro pasar, mucho menos las fábulas de Esopo con sus tortugas y conejos aburridísimos vomitando las moralejas en cada hoja; en verdad, me parecían libros infumables. Dignos de una fogata.

Sin embargo, el libro instrumental ha evolucionado. Desde los libros de dinosaurios hasta las historias de tolerancia donde el personaje principal tiene dos papás o mamás. El libro instrumental tiene por objeto la enseñanza y la información al niño, es por eso que este tipo de libros tiene que hacerse con mucho cuidado; pues más allá de convertirse en un panfleto que busque imponernos ideas, puede ser un texto que nos eche a perder el gusto por la lectura si éste no nos divierte y nos muestra lo mismo que hay en las clases.

En el centro de la creación de los libros instrumentales debe de estar una pregunta clave: ¿Por qué el sol es amarillo?, ¿qué bichos me puedo comer y cuáles no?, ¿realmente soy tan diferente de los demás?, etc.  La creatividad y la originalidad serán la carta de presentación: desde unos lentes 3D para conocer el sistema solar, hasta un pop-up del coliseo romano. El libro instrumental por supuesto que quiere mostrar conocimiento al niño, pero no un conocimiento con base en datos duros y cosas ajenos a ellos, este tipo de libros busca despertar la curiosidad del infante.

En el mejor de los casos, cuando un buen libro instrumental es sacado a la luz, éste se convierte en un excelente punto de partida para que el niño comience a explorar temas de su interés. Se trata simple y sencillamente de un empujón al conocimiento, una ayudadita a entender lo que los rodea.