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Tajín y Cuyuxquihui, dos zonas arqueológicas de Veracruz

  • Por Enrique Ortiz.

    Tuve la oportunidad de visitar hace unos días la zona totonaca de Veracruz, principalmente la parte norte cerca de Tuxpan y Papantla. Era una zona de confluencia de diferentes grupos humanos como los chichimecas, los huastecos y -hacia el postclásico- grupos nahuas como los mexicas. Este territorio en esos tiempos se le conocía como Totonacapan, por lo tanto sus habitantes eran los totonacatl, o en plural totonacas -palabra compuesta por las palabras tu’tu que significa «tres», y nacu’ que significa «corazón»-. Los principales centros urbanos de este grupo étnico fueron Tajín, Cempoalatl (Cempoala), Quiahuiztlán, Yucuxquihui y Castillo de Teayo. De hecho los totonacas de Cempoala y Quiahuizltán fueron importantes aliados de Hernán Cortés, y también los primeros en rebelarse a la hegemonía mexica en 1519.

    Vista panorámica de Tajín el Grande. (Foto: Enrique Ortiz García)

    Vista panorámica de Tajín el Grande. (Foto: Enrique Ortiz García)

    La primera zona arqueológica que vale la pena visitar es Tajín, que se pronuncia Dajin y significa Trueno o Ciudad del Dios del Trueno. En ella existe evidencia de asentamientos humanos desde el s. II a.c., sin embargo su auge fue entre los siglos VI y IX d.c., cuando se desarrolló su estilo arquitectónico caracterizado por los nichos y las grecas en los muros de sus construcciones. Fue una ciudad que tuvo una fuerte influencia teotihuacana en el clásico, y no se desecha la idea de que fuera su tributaria o tuviera nexos comerciales con la gran metrópoli. Tiene una extensión de 959 hectáreas, pero sus dos centros principales (Tajín Grande y Tajín Chico) tienen una extensión de 80 ha. Entre las principales estructuras se encuentra la Pirámide o Estructura de los Nichos, la cual tenía una fuerte relación con el calendario mesoamericano, principalmente con el solar de 360 días ordinarios y 5 aciagos (nemontemi). De hecho la pirámide tiene 356 nichos, uno por cada día del año. Su principal deidad -de los totonacas- fue Dajin, el Dios del Trueno y la Lluvia, con características muy similares a Cocijo y a Tlaloc. El ocaso de Tajín se da hacia el siglo XII cuando es reemplazada por centros como los totonacas Cempoala, Castillo de Teayo y Yuquixquihui.

    La pirámide de los nichos, Tajín. (Foto: Enrique Ortiz García)

    La pirámide de los nichos, Tajín. (Foto: Enrique Ortiz García)

    La segunda zona arqueológica que visité y que les recomiendo es Cuyuxquihui. Está ubicada a 22 kms del sureste de Tajín y a 2 kms. de la población Paso de Correo, muy cerca del río Tecolutla. Partiendo de Papantla se hace aproximadamente una hora. Es un sitio en la cima de una montaña que es poco visitado y poco difundido pues es relativamente pequeño comparado con Tajín. Sin embargo en tiempos de la Triple Alianza era una ciudad que albergaba más de 5,000 habitantes, sin duda un importante asentamiento humano. En Cuyuxquihui se han identificado varias estructuras arquitectónicas similares a fortificaciones para impedir el sometimiento del asentamiento, situación que se presentó en el año de 1465, cuando el Huey Tlahtoani mexica Motecuhzoma Ilhuicamina la conquistó para imponer un fuerte tributo a sus pobladores totonacas.

    Estructura 1, Cuyuxquihui. (Foto: Enrique Ortiz García)

    Estructura 1, Cuyuxquihui. (Foto: Enrique Ortiz García)

    Los mexicas estaban interesados en someter poblaciones del norte de Veracruz debido a la gran cantidad de productos de lujo entre los cuales destacaban la miel, diversas frutas, águilas vivas, vainilla, algodón, y más. Cuyuxquihui, que significa “armadillo de madera”, fue fundada alrededor del s. XIII y tuvo su ocaso alrededor de 1519 con la llegada de los hombres barbados. Su carácter defensivo se puede ver en las diferentes terrazas escalonadas que se construyeron en la ladera del Cerro Blanco. Destacan las estructuras conocidas como Edificio 1,  Tres Altares y su juego de pelota. Llama la atención el excelente estado de conservación del Edificio 1, el cual no fue consolidado y aún tiene grandes pedazos de estuco adherido. Es clara la influencia mexica de la estructura principalmente por los dados, las alfardas y los 4 cuerpos que la componen. Sus adoratorio en la parte superior ya ha colapsado; aun así es como ver un pequeño Templo Mayor mexica. Si van a visitar Veracruz vale la pena que visiten la zona arqueológica de Cuyuxquihui que eternamente vigilará el río Tecolutla.

    Cuyuxquihui. (Foto: Enrique Ortiz García)

    Cuyuxquihui. (Foto: Enrique Ortiz García)

     

     

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