Por Asfaltos.
Que el rock tenga menos exposición no significa que éste haya dejado de existir. Los espacios radiofónicos, los grandes medios musicales en web y en impresos, los pocos espacios que tiene la música en la televisión; todos ellos le han declarado la muerte al rock, pero éste se resiste. Hay, en muchos sitios de este planeta, rebeldes que lo salvaguardan, lo protegen.
Desde ciudad de México uno de esos proyectos es Tormentas. Como su nombre lo da a entender, se trata de un acontecimiento sonoro lleno de potencia y de energía. No es sólo una tormenta, son varias. Normand, Gabo y Adrián son los responsables de un proyecto lleno de ruido. Los sintetizadores somnolientos, las voces dulcecitas y los temas de amor se quedan atrás; acá se trata de juventud, de vida.
Con una mezcla que va de los mejores exponentes del metal californiano y del punk/rock británico, Tormnetas da vida a un agresivo sonido donde riffs, tamborazos y gritos son la constante. Se trata de un sonido sucio, lleno de óxido. Su más reciente álbum, bajo el título El mando de control ha caído, ya sólo quedamos nosotros, deja en evidencia esa rebeldía y las ganas por mantener un sonido del que son mensajeros.
Es así, que en pleno lunes de destrucción y tras haber sobrevivido al primer viernes de quincena de 2015, que no pude más que elegir a Jinetes de muerte como nuestro evangelio rockero de la semana. Con un intro que va in crescendo y un juego de voces brutal, es sin duda mi canción favorita de un material que en vivo -por cierto- suena mejor.
Ya saben, para apoyar a Tormentas no dejen de seguirles vía facebook y twitter; además, está de más invitarlos a escuchar su música vía bandcamp, ¡imperdible!
¡Larga vida al rock, banda!
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