Del amor y otros secretos, ‘Cuatro lunas’

Por Eloise Cornelio Belmont.

Para muchos el primer amor suele ser una experiencia memorable, tanto por la ilusión como por las lecciones (muchas veces difíciles y amargas) que se viven cuando se va casi a ciegas por el complicado camino de los sentimientos; para otros descubrirlo es un shock cuando sale de los parámetros socialmente aceptables, en ocasiones el amor maduro es un puerto seguro, pero también llega a caer en la rutina y el desencanto y otras, justo cuando creíamos haber obtenido todas las respuestas nos surgen nuevas preguntas. Sea como sea vivir el amor es complicado y siempre será volver a descubrirnos.

Del amor y otros secretos, ‘Cuatro lunas’.

Ante esta amalgama de aprendizajes humanos, Sergio Tovar Velarde presenta Cuatro lunas, tragicomedia que retrata al amor en diferentes etapas de la vida y que muestra también la problemática del descubrimiento y la autoaceptación, centrándose en la homosexualidad y las relaciones de sus personajes con quiénes los rodean.

Un tema aún tabú en México, país cuya cultura machista ha impuesto severos estereotipos para con los hombres y que también ha tenido que recorrer un largo camino contra la homofobia, es puesto en escena por Tovar, cuyo mérito es retratar con naturalidad el complicado e interesante mundo de las relaciones humanas.

Del amor y otros secretos, ‘Cuatro lunas’.

Tovar desarrolla con las historias de Hugo (Antonio Velázquez) y Andrés (Alejandro de la Madrid), una pareja que lleva 10 años junta y que comienza a enfrentar una crisis tras el desinterés de Hugo en la relación, el lidiar con emociones y deseos súbitos y apasionados que aparecen ante la tranquilidad de lo conocido, así como la madurez del amor y la tristeza que conlleva aprender a dejar ir y reconocer el ya no ser amado.

Fito (César Ramos) y Leo (Gustavo Egelhaaf) son dos estudiantes, amigos de antaño, que al reencontrarse en la universidad viven el primer amor, pero también la presión de sus familias, las inseguridades de la juventud y el deseo de seguir siendo aceptados dentro de su círculo social, lo que pondrá en jaque su relación y los hará tener que decidir entre ocultarse o hacer público su amor.

Del amor y otros secretos, ‘Cuatro lunas’.

Mientras, Mauricio (Gabriel Santoyo) siente una rara atracción por su primo Oliver (Sebastián Rivera). Sin tener muy claro porqué, Mauricio intuye que aquellos sentimientos no son correctos y se cuestiona sobre su identidad: “¿Es pecado ser homosexual?” pregunta temeroso, “Claro que lo es, y uno muy grave, pero tú no tienes nada de qué preocuparte Mauricio, tú no lo eres” es lo que recibe por respuesta junto con el rechazo de sus compañeros y la confusión de sus padres.

Finalmente Joaquín (Alonso Echánove), un hombre de la tercera edad, casado y con hijos, siente deseos por un joven que se prostituye en las saunas de que frecuenta.

Todos ellos deberán lidiar con su propio temor y deseos, e ir descubriendo qué es lo que en verdad quieren, qué decisiones tomar y como desenvolverse en un mundo que aún no sabe cómo lidiar con un hijo gay o con un corazón roto. Las alegrías y decepciones que conlleva el amor se muestran en Cuatro lunas, filme que no queda corto en desarrollo de personajes ni en cerrar correctamente cada historia, que sabe manejar un problema contemporáneo sin caer en excesivos dramas y que se siente honesto, pues al final lo que nos recuerda es que el amor es siempre algo maravilloso, difícil, con sus momentos agridulces y otros que desearíamos fuesen eternos, pero más que nada que todos —sin importar edad, sexo u orientación sexual— caemos y nos levantamos por él.