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Por Edgar de los Santos.
¿Qué puedo decirles yo de dar a luz? Seguramente es el acto más desinteresado y gratificante que existe en este planeta. Mi mente no es capaz de dimensionar la sensación que representa el poder traer vida a este mundo. La vida es el intangible más valioso a lo largo de la historia universal y al mismo tiempo el pareciera simplemente existir por mero rutina.
Es precisamente el valor de la vida el tema central en cuarto largometraje de la mexicana Dana Rotberg, «White Lies». Ésta es la adaptación de la novela situada a principios del siglo XX «Medicine Woman» de la autora maorí Witi Ihmaera. En ella, Paraiti (Whirimako), la médico de una comunidad maorí, decide ayudar a una mujer blanca y adinerada (Antonia Prebble) y a su nana del mismo origen de Pariati (Rachel House) a deshacerse del embarazo resultado de una infidelidad por parte de la patrona. Ambas están dispuestas a todo para poder llevar a cabo los rituales necesarios y así prevenir la desgracia de Rebecca Vickers a cambio de que la partera pueda conservar al bebé.
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