Por Fernando García (El Comicólogo).
El monstruo que no debe de ser resultado de nuestras transgresiones en la naturaleza.
Decir que no hay nada nuevo bajo el sol es entendible en un momento en que los remakes («Mad Max», «Cuatro Fantásticos») y las secuelas de franquicias ya probadas («Jurassic World») abunda, no es difícil. Sin embargo, el presentar las mismas historias con un ángulo original o nuevo; siempre es necesario.
El caso de «Los vengadores, la era de Ultrón» nos muestra que lo importante es «contar lo mismo, pero diferente», como nos dice Blake Snyder en su libro «Salva al gato».
Uno de los temas recurrentes que más se usa en la ciencia ficción, y en general en la literatura, es la creación que se vuelve en contra de sus creadores, los experimentos o constructos que deciden enfrentarse a su creador. Este tema lo vemos desde la teología, con el enfrentamiento del Diablo contra su Creador, pasando por el clásico «Frankenstein» de Mary Shelley, y llegando a nuestros días con «Los vengadores, la era de Ultrón».
Para reconocer que nos encontramos ante este tema en el cual se refuerzan creencias y modelos de conducta, permítanme mencionar las claves de este relato y por ende, de la película de «Los vengadores»:
1) La creación transgrede algún límite moral, divino o social. Se le permite a un experimento o creación algún elemento que solamente era exclusivo de los humanos, o peor aún, de los dioses.
2) La creación/robot/cybrog/experimento sale mal; justamente logrando lo contrario para lo que es creado. Si es una medicina o bacteria, ésta muta para amenaza de la humanidad; en el caso de una inteligencia artificial, ésta se vuelve en contra de sus creadores buscando exterminarlo.
3) Los creadores/científicos/inventores, siempre son de inteligencias limitadas, esto es, aunque son muy buenos en su área «nunca pensaron/consideraron que su experimento fuese a (inserte aquí el argumento de la película).
4) La acción no solamente se encuentra en combatir esta amenaza, siempre se nos recuerda porqué se debe de combatir y lograr el bien mayor; o en su defecto, regresar a como se encontraba la sociedad antes de la creación fuera de control.
5) Alusiones a la paternidad o creación y querer a jugar a Dios abundan a lo largo de la película, siempre mostrando que esto es un acto de arrogancia más que de inteligencia.
Como podemos ver, las historias que nos dan una lección o nos advierten de un posible peligro abundan. En este momento de posmodernidad en la cual los logros tecnológicos parecen superar las expectativas, la película de «Los Vengadores» cuenta con la misma validez y mensaje, como lo fue en su momento el «Prometeo moderno» o «Frankenstein».
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