Por Mariana Uty Estrada.
¿Qué podría ser mejor que una película escrita por Juan Rulfo y narrada por Jaime Sabines? Y si de aquí partiera el cuestionamiento: “¿Acaso hay una?”. Porque me he topado con él, respondería que definitivamente existe, y se trata de un mediometraje experimental realizado exclusivamente para un concurso dedicado a ese tipo de cine en 1965. Así es, el director de esta cinta nos muestra, como muchos le han llamado, un mundo Rulfiano (Ref. 1) que intenta contarnos la posición en la que se encuentra el mexicano: en la pérdida de su identidad.
Este filme, que no hace más que retratar a través de imágenes, que componen episodios, acompañadas de música, y fragmentos que de forma poética son dichos por Sabines, una sociedad desesperanzada, que ha perdido de cierta manera las ganas de vivir y disfrutar, adecuándose a duras circunstancias de pobreza, soledad, y a acciones mecánicas que trae consigo la rutina, donde se presenta un mundo atacado por la miseria, enfermedad y muerte.
Podría recordar a El Perro Andaluz por sus momentos oníricos, surrealismo y serie de imágenes de que parecieran que no llevan a ningún lado, y que cambian constantemente sin aviso alguno, sin embargo, en ésta no hay una línea argumental, a diferencia de la obra de Buñuel y Dalí, aunque es muy realista al presentar una situación con la que muchos se enfrentan.
Es definitivamente una historia Rulfiana por el hecho de jugar con el tiempo y el espacio, y por ser también una representación del curso de la sociedad por medio de elementos y actitudes que son características del mexicano, como el consumismo (Coca-Cola) y la religión.
Es por una parte una advertencia, y por otra, una crítica. Es dentro de todo, compleja de explicar por la sola razón de intentar plasmar la narrativa de Rulfo en la pantalla grande, la cual está llena de aspectos que podrían parecer ambiguos pero remiten a la estética del autor, y que están totalmente abiertos a la interpretación.
Rubén Gámez fue el director de esta película. Me imagino que muchos en este momento se preguntarán “¿y este qué?”, pues es otro de los cuestionamientos que surgen cuando se habla de este filme. Este cineasta no tuvo la presencia que muchos hubieran esperado, sin embargo fue reconocido por su carrera que abarca distintos ámbitos, donde destacan un largometraje, Tequila, ocho cortos y trabajos publicitarios, además de este mediometraje.
La fórmula secreta, como se mencionó al principio, fue hecha especialmente para el 1er. Concurso de Cine Experimental, y por si tenían la duda, fue acreedora a varios premios: Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Edición y Mejor Adaptación Musical. Cabe mencionar que esta obra maestra, la cual recomiendo altamente, la escribió Juan Rulfo para Rubén Gámez, lo que la hace aún más significativa, y la convierte por su estilo tan poco convencional en una cinta de culto dentro del cine mexicano.
Gracias por difundir información de una película mexicana, que es poco conocida y es una obra maestra.
Nota: El guión es del propio director, luego de la filmación y edición Rulfo vió un primer corte y escribió un texto.
saludos