‘Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero’, «jóvenes viejos»

Por Asfaltos.

El día de ayer se estrenó «Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero», cinta dirigida por el mexicano Gustavo Moheno, quien ya antes nos había entregado su ópera prima «Hasta el viento tiene miedo». Absolutamente divertida, entrañable y con gratas y tremendas sorpresas me resultó la historia de cuatro músicos que vencen al tiempo para retomar el que alguna vez fue su gran sueño.

Tras treinta años de separación, en Dublín, Irlanda, el líder de una famosa de «relativa fama» escucha el material de un grupo mexicano de rock llamado Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero. «Cheve en la fiesta», la canción que escucha Bono -líder- de U2, le atrapa de inmediato; por lo que hace buscar a los autores para proponerles una tentativa oferta.

Sé que no estoy aquí para emitir juicios personales, pero por lo menos a mí, un baterista frustrado cuyo instrumento se empolva día con día en el rincón de su cuarto, «Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero» me emocionó de enorme manera. Con las actuaciones de Damián Alcázar, Arturo Ríos, Álvaro Guerrero, Jorge Zárate, y una absolutamente reveladora Vico Escorcia, así como la bella Paulina Gaitán, «Eddie Reynolds» atrapa desde el inicio.

El viaje de unos músicos cincuentones frustrados, que dejaron a un lado sus sueños por las diferencias propias de una banda de rock, se ve de nuevo activado por el súbito interés de un grupo de alta fama que se interesa en lo que hacían. De Dublín, Irlanda, donde Bono escucha «Cheve en la fiesta», pasamos a Tultepec, Estado de México, sitio donde Eddie se refugia en los shows de bodas, quince años y bautizos para sobrevivir, y «no dejar la música».

Si ya de por sí el cuarteto de actores principales es atractivo, lo que realmente sorprende es la presencia de la joven Vico Escorcia. La actriz, quien interpreta a la hija de Ulises (Álvaro Guerrero), domina la pantalla en cuanto hace presencia. Y es que no me van a dejar mentir, pero hacer eso cuando en muchas de sus escenas comparte cámara con los cuatro actorazos que estelarizan la cinta, no es poca cosa.

Con un ritmo bueno, gran química entre los actores, y diálogos entretenidos y divertidos, «Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero» nos lleva por escenarios musicales de nuestra ciudad tan distintos y entrañables como el Multiforo El Clandestino y El Plaza Condesa.

«Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero», que formó parte también el año pasado de la competencia del Festival Internacional de Cine de Morelia, es un viaje entrañable y entretenido por el sueño de cuatro «viejos» con sueños de «jóvenes». Si alguna vez han tocado, o aspirado a tocar en una banda; o si simplemente han dejado a un lado amistades con el paso del tiempo, anímense y vayan a ver la cinta, la disfrutarán tremendamente.

La cinta se estrenó ayer en varios cines a nivel nacional, así como en el D.F. y Área Metropolitana.