Noche de atmósferas con Los Planetas en El Plaza

Texto por Asfaltos.
Fotos de Niña Papalote Barbosa.

Quién nos lo iba a decir, apenas unos minutos antes de entrar a El Plaza Condesa, una torrencial lluvia humedecería las afueras de un recinto que, al interior, se llenaría de esa vibra que sólo la lluvia puede proporcionar. La sensación de la noche del sábado 29 de agosto, en El Plaza, fue como cuando con audífonos uno camina bajo la lluvia ya sin importarle mojarse; sino mas bien, dejarse ir y vivir ese momento. Lo que viene siendo sentirse vivo.

Conectados con el entorno, pues al caer un aguacero a las afueras del recinto lo que se antojaba era su propuesta; los tijuanenses de Vaya Futuro se subieron al escenario en punto de las 19:30 horas para atrapar de inmediato con su propuesta llena de sensaciones, atmósferas y paisajes sonoros. Si bien ya es conocido el talento de Vaya Futuro -no por nada recibieron esta oportunidad para tocar en El Plaza-, resultó tremendamente emocionante escuchar cómo su calidad va in crescendo. Vaya Futuro resultaron perfectos como entradas de una noche cuyo platillo principal serían Los Planetas.

Sin embargo, antes del platillo principal, se antoja una ensalada.Así, en punto de las 20:15 horas, subió Juan Cirerol. Si bien su música se sentía un poco fuera de lugar entre lo que habíamos escuchado antes con Vaya Futuro y lo que se venía con Los Planetas, no niego que uno de mis momentos favoritos fue sin duda «Hey soledad», la tremenda melodía que hace notar el gran talento de un músico que puede cargar por sí solo con un escenario tan grande como El Plaza. Exagerado puede ser llamarle el Bob Dylan mexicano; lo que no estará de más es reconocer el talento que tiene.

Pues bien, una vez habiendo terminado la entrada y la ensalada, el platillo principal se sirvió, ¡y tremendo platillo! Casi como la olla de San Antón, tradicional en su originaria Granda, España, Los Planetas se subieron al escenario en punto de las 21:15 horas para deleitarnos con un auténtico festín.

Con toda esa energía que hace honor a su nombre, como si su fuerza proviniera de muchos planetas tan llenos de vida como el nuestro, Los Planetas se adueñaron de un ya lleno El Plaza que vitoreó cada acorde y cada palabra. Si bien la canción abridora fue «Los poetas», en realidad todo comenzó para no decaer nunca cuando sonaron «Señora de las alturas» y «Ya no me asomo a la reja».

Canciones como la siempre entrañable «Toxicosmos», sin duda una de las más poderosas de la noche; «El duendecillo verde», de su nueva producción y una de las mejor acogidas; así como las ya clásicas «Un buen día» y «Alegrías del incendio» -ésta última muy evidentemente de las favoritas del público mexicano-; dieron cuenta de un grupo que se ha forjado su fama con base en el trabajo y en su estupenda forma de atrapar, de hipnotizar.

No hubo muchas palabras entre canciones, sólo las necesarias, pues la música, la evidente entrega de cada uno de sus elementos y su tremenda música -énfasis en el increíble cierre que tuvieron-, hicieron de Los Planetas en El Plaza Condesa uno de los mejores conciertos en los que he estado. Bastaba cerrar los ojos, dejarse llevar y disfrutar del viaje rumbo a Los Planetas.