Por Asfaltos.
Desempolvando viejos viniles me encontré con un casete que me provocó una tremenda nostalgia. De las canciones que incluye aquel material me reencontré con una de Sangre Asteka, una de las primeras canciones con las que tuve contacto con el rock en español, o para ser precisos, con el rock mexicano.
Si bien hoy no toca Miércoles nostálgico, y si bien el casete que me encontré no es el que les puse en la imagen, acordarme de esta melodía instrumental que les presento me llena de gusto; sobre todo al tratarse de una canción dedicada a la capital.
Del año en el que «su servilleta» vio la primera luz, la historia de Sangre Asteka inició en 1986 cuando el músico mexicano Humberto Álvarez logró realidad un sueño al que llamó así tras haber escuchado una canción tradicional mexicana en Malinalco, Estado de México. Tras un estudio de la variante del náhuatl en los estados de México y de Guerrero, Álvarez decidió que el nombre correcto para su grupo sería Sangre Asteka; ya que, en efecto, en nuestro país las pronunciaciones de la «c» y la «z» son poco comunes.
Pues bien, la canción que les presento hoy es «Polca chilanga», canción incluida en el «Sangre Asteka» que cumple perfectamente con la idea de interpretar sonoramente la diversidad de Ciudad de México. La pieza, absolutamente instrumental, cuenta con Humberto en el acordeón (uno de los pioneros en el uso de instrumento para el rock), con José Manuel Aguilera en la guitarra eléctrica, con Daniel Soberanes en el bajo eléctrico, con Aldo Reuter en las percusiones, y con Ron Barlett en la batería. La canción fue grabada en 1990 en los Signature Sound Studios de San Diego, California.
Como curiosidad, «Polca chilanga» se pudo haber escrito también con «k», digo, por aquello de la razón de escribir «Asteka» y no «Azteca»…
Con información e imágenes del blog oficial de Sangre Asteka.
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