Las canciones de «El infierno» de Luis Estrada

Por Asfaltos.

¿Cómo pasaron su noche del 15 de septiembre? ¿Cómo suelen pasarlo? ¿Salen a las calles, se quedan en casa con la familia, se ven con amigos o de plano les es absolutamente indiferente? La llamada «fiesta de México» es sin duda una buena excusa para hacer algo distinto, pues al día siguiente -como hoy- se descansa. ¿Yo? Bueno, por lo menos ayer, lo pasé con un buen amigo viendo películas. Dios, la edad.

Entre las cintas que observamos me encontré con una de mis favoritas: «El infierno» (2010) de Luis Estrada. Estrenada justo en el año del «Bicentenario» mexicano, «El infierno» es sin duda una de las películas más queridas por los cinéfilos mexicanos. La cinta nos cuenta la historia del Benny, inmigrante mexicano quien después de haber probado suerte en los Estados Unidos regresa a nuestro país en búsqueda de ese sueño no cumplido al norte de la frontera; ¿la sorpresa?, que México ya no es el que recuerda «sino el mismísimo infierno».

No sé ustedes, pero yo creo que siempre que en alguna buena película se conoce de buena música, para quienes gustamos del cine y de la música, el placer es infinito. Ese es el caso de «El infierno», viaje musical que se compone de canciones que dan forma al soundtrack de la más reciente cinta de Luis Estrada; cinta que hoy, en pleno Miércoles nostálgico de 16 de septiembre, me permite evocar algunos de los corridos ahí presentes.

Como en la época de la guerra de independencia y de la revolución mexicana, el corrido ha acompañado una vez más a los mexicanos que encuentran en él la manera de narrar su día a día. Lejos de las crónicas periodísticas, e inclusive de una película de estos tamaños, el «narco corrido mexicano» -versión del corrido presente en «El infierno»- es sin duda la forma más simple de conocer el día a día de un tema que se ha vuelto (lamentablemente) más mexicano que el mole.

En fin, para esta versión especial del Miércoles nostálgico y con una mezcla de sentimientos rara entre el recordar esta gran cinta y toparnos con la realidad que aún refleja, le doy rienda suelta a la hilacha y les invito a que me acompañen en este recorrido musical. ¡Que se venga la música mi Cochi!

«El corrido del Diablo», de Los Tucanes de Tijuana

 

El tema principal de la película. Si no han visto la película (háganlo terminando de leer este artículo, de favor), no les diré mucho del por qué de éste como el tema principal, pero sí puedo decir que sin duda es un lujo de Estrada contar con una canción original en esta película de los mismísimos Tucanes de Tijuana. El corrido narra las peripecias de ‘el Diablo’, quien como escuchan en la canción, disfruta de los placeres de su negocio.

«Mis tres viejas», de Los Tucanes de Tijuana

 

Un clásico de los mismísimos Tucanes de Tijuana. Un narco corrido sumamente ingenioso en el que se nos pinta la vida de un narcotraficante que cuida a tres mujeres que ama con mucha pasión. Así es, para este personaje no hay arrepentimiento y no hay problema en que las tres mujeres convivan bajo el mismo techo. ¿Pero quiénes son esas tres mujeres misteriosas de las que cantan? Ah, pues la blanca, que es doña Coca; la Mary (marihuana); y la negra, que es la heroína. Ingeniosa y pegajosa, ¿no creen?

«Crímen de Culiacán», de Chalino Sánchez

 

Para Luis Estrada, Chalino Sánchez es sin duda el Elvis Presley del narco corrido. Chalino es sin duda uno de los personajes más queridos en el ambiente de aquellos a quienes les gusta el narco corrido. Lamentablemente para su causa, moriría secuestrado y ejecutado como los personajes de los que narraba. En esta canción habla de un suceso ocurrido en Culiacán, Sinaloa. Como escucharán, y sobre todo para aquellos que no son mexicanos, el narco corrido hace a veces de noticiario. ¿Pero acaso no es mejor enterarnos de las tristezas de este país con música como esta en lugar de los medios tradicionales?

«México-Americano», de Los Lobos

 

Los Lobos, una de esas bandas creadas en los Estados Unidos de América por hijos de inmigrantes mexicanos. Vaya, ¡esta es sin duda una de mis canciones favoritas! La primera vez que ví la película me quedé encantado con este tema que refleja muy bien el colorido de los mexicanos residentes en Estados Unidos.

«Ahí te dejo en San Antonio», de Flaco Jiménez

 

Su nombre es Leonardo, pero es mejor conocido como el ‘Flaco’ Jiménez. Sin duda uno de los acordeonistas más famosos de la escena musical en Texas, el señor Jiménez no podía escapar del soundtrack de esta película de Luis Estrada. La canción es bastante curiosa, pues habla de una mujer que le hizo la vida de cuadritos a un hombre que se queja amargamente de las peripecias de ella. Una canción movida que como todas, en realidad, invitan a echar el bailongo. ¿Me equivoco?

«Nieves de enero», de Chalino Sánchez

 

Otra gran canción del enorme Chalino Sánchez, al que el mismo Luis Estrada ha llamado el Elvis Presley del narco corrido, vuelve a tener un espacio importante en esta película. En la canción se cuenta la historia de un hombre que sufre por el amor a una mujer que le ignora (cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia).

«Prenda del alma», Los Lobos

 

Al terminar la película los créditos finales corren a cargo de Los Lobos quienes nos regalan esta versión de una de las mejores canciones que he escuchado. ‘Prenda del alma’ habla también del amor, pues es un hombre que ha perdido aquel amor por el que tanto ha suspirado. Quizá al final de la película nos queda ese mismo sentimiento, cuando nos ponemos a suspirar por el futuro tan incierto de nuestro país, como si viéramos que nuestro viejo amor, aquél por el que suspirábamos, ahora sufre…

«Serenata norteña», de Los Lobos

 

Otra participación de Los Lobos en esta película se hace a través de la canción ‘Serenata norteña’. En esta ocasión se trata de una canción alegre en la que igualmente un hombre habla del amor que le tiene a una mujer.

«Caminos de Guanajuato», de Los Alegres de Terán

 

Y para terminar este recorrido musical, ¡vámonos con una versión de los ‘Caminos de Guanajuato’ de José Alfredo Jiménez! Una versión norteña a manos de los mismísimos Alegres de Terán, ¡ajúa! Una canción que es un tanto melancólica, se escucha aún más de este modo en esta versión; ojo, vean bien la película y seguro hasta lagrimita les hará sacar.