Por Asfaltos.
Siempre que se habla de un músico caído en desgracia tras el terremoto de hace 30 años en Ciudad de México, es innevitable hablar de Rockdrigo González -quien no sólo cayó en desgracia, sino que se murió-; sin embargo, si bien no se nos fue aquel 19 de septiembre de 1985, la vida de Rigo Tovar cambió para siempre tras el terremoto. Rigo es amor, y por ello, hoy le recordamos y evocamos.
De Tamaulipas, Rigo Tovar perdió en aquel terremoto a su hermano Everardo Tovar; quien además fue su representante y fiel brazo derecho. Se cuenta que Everardo intercambió unos años antes del temblor su casa por el lujoso departamento en el que vivía Rigo en lo alto de un edificio de la colonia Roma; a lo cual Rigo aceptó no sin antes confiarle en una caja fuerte sus ahorros.
La mañana del 19 de septiembre de 1985 el edificio de Tehuantepec #12, en la colonia Roma y en el que vivía Everardo, se derrumbó con él adentro; y la caja, según se dice, desapareció.
La pérdida de su hermano y amigo dejó abatido a un Rigo Tovar que desde entonces se fue en picada. Se sumió en un problema de adicción a las drogas, se enfermó de retinitis pigmentosa que le hizo perder la vista poco a poco, sufrió igual de vitiligio y de diabetes que finalmente le obligaron en 1995 (a 10 años del ’85) a retirarse de la música. 10 años después, coincidentemente a 20 del sismo en Ciudad de México, Rigo Tovar murió a causa de un paro cardiorrepiratorio.
Actualmente Rigo Tovar descansa a lo largo de las playas de Matamoros, sitio en el que sus cenizas fueran esparcidas a petición suya. Su música, su recuerdo y su amor permanecen y le evocan como uno más de los mexicanos cuya vida no fue la misma tras el terremoto de hace 30 años.
Para recordar a Rigo aquí este tremendo megamix del DJ regiomontano Lomeli DJ.
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