Por Mariana Uty Estrada.
Nuevamente, hacemos mención del gran escritor Rulfo, y una vez más a una obra ya mencionada en el artículo anterior: El gallo de oro.
Mientras que hace dos semanas me refería a la adaptación realizada por Ripstein, titulada El imperio de la fortuna, esta edición la dedicaré a la realizada por Roberto Gavaldón, y a quienes participaron en el filme, que gracias a su excelente actuación, al gran trabajo realizado por Gabriel Figueroa en la fotografía, y claro está, al director, convierten la película en una de las mejores de nuestro cine, posicionándola en el lugar 41 según diversas estadisticas.
Retomando el texto de Juan Rulfo, esta historia se centra en Dionisio Pinzón, un hombre que vive en circunstancias de extrema pobreza, que además se dedica a cuidar de su enferma madre. Su vida da un giro en el momento que le es otorgado un gallo de oro. Una vez que Lorenzo Benavides, un señor que ha hecho su fortuna apostando en los palenques le entrega el gallo malherido después de que había perdido una pelea. Dionisio lo lleva con él y decide darle los cuidados necesarios hasta que éste se encuentra listo para el combate.
Una vez llegado el momento, el gallo que alguna vez vio su muerte cercana, se encontraba venciendo a otros gallos. La suerte de Dionisio había cambiado, fue tanta la sorpresa que el mismo Lorenzo Benavides se interesó en él, pero también le advierte sobre la suerte y la fortuna. Entre sus giras por varios palenques, Dionisio conoce a una cantante, Benarda Coutiño “La Caponera”, que como era de esperarse, tiene sus queveres con el potentado Benavides.
Por supuesto, aquel hombre que venía desde abajo se queda pasmado ante la belleza, carácter y talento de “La Caponera”; aunque sabe que por su status social no tiene oportunidad con ella.
Lo interesante de la adaptación de Gavaldón, filmada dos décadas antes que la de Ripstein, es la semejanza que en primera instancia tiene con la obra de Juan Rulfo. Sorpresivamente, el final es muy distinto al del guión original, pero debo aclarar que muy bueno y va totalmente de la mano con el resto de la historia. Gavaldón quizá tenía el objetivo de darle un toque un poco más realista, en lugar de dejarlo a los amuletos como sucede en el texto original. Se podría interpretar, que la suerte es algo que se da por rachas, no que sea el medio que transforma vidas por completo, mientras que en el texto de Rulfo, Dionisio hace una gran fortuna, Gavaldón se la otorga momentáneamente, y no es exactamente grande.
Sin más, les exhorto a que vean la película y así sean ustedes los que juzguen la calidad de la misma.
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