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Por J. Arturo Regalado Ruiz de Chávez.
Las elecciones a nivel federal en México son, hoy en día, competitivas y disputadas. Ya pasó el tiempo en que la institución presidencial elegía sucesor y legisladores y nada podía hacerse al respecto. La consolidación democrática mexicana se de año con año y elección tras elección. En el presente artículo analizaré la forma en la que la competitividad electoral coopera con la consolidación democrática del país.
La competitividad de los procesos electorales en México es reciente. El conocimiento popular, suele decir que la elección que cambió el grado de competencia electoral que existía en el país, fue la de 1988. Sin embargo, existe un consenso en las investigaciones recientes, donde se argumenta que el inicio de la competitividad electoral, y por ende la transición democrática se dan a partir de la elección federal de 1997; lo que argumento es que el cambio ha sido gradual. El gráfico 1 muestra el cambio en la competitividad desde la elección federal de 1991 hasta 2009. Cómo se observa la diferencia de votación se ha reducido acabando con la época de partido hegemónico.
Una forma de medir la competencia electoral, es observando la diferencia existente entre el primer y segundo lugar de una votación. El gráfico 2 muestra las diferencias para las elecciones federales desde 1991 hasta 2009. Una elección se considera competitiva cuando la diferencia entre el primer y segundo lugar es menor a 10%.
Se hace evidente la mejoría en el grado de competencia de los procesos electorales en México. Pasamos de un 42% de diferencia a un 9% en la última elección federal. No se debe dudar de la consolidación democrática del país; todo lo contrario, hay evidencia que respalda el avance de nuestra democracia.
Lo invito, estimado lector, a creer en su país. En este espacio encontrara información que le hará creer en México. Lo dejo con la cita de la semana:
“Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”, Octavio Paz.
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