Por Mariana Uty Estrada.
Cuando se piensa en películas de Cine Mexicano, inmediatamente se nos viene a la mente por lo menos una de las hechas por el español Luis Buñuel.
Este gran director – y también escritor – siempre se vio interesado en la corriente surrealista, así como distintos temas, entre ellos la religión, y muy notoriamente, las clases sociales, como lo mencionó en su libro Mi último suspiro. En el caso muy particular de México, hizo tres grandes realizaciones relacionadas con estos aspectos: Viridiana, Los olvidados y El Ángel Exterminador, estas dos últimas posicionadas entre los primeros lugares de las 100 mejores películas de cine mexicano.
Con el reconocimiento obtenido después de haber hecho Los Olvidados, y tras el éxito que significó Viridiana, en los años 60, Luis Buñuel, de la mano con el mexicano Luis Alcoriza, decidió emprender un proyecto que tratara, dicho en sus propias palabras, de algo muy fino, que tuviera lugar en alguna de las grandes ciudades europeas como Londres y París, o en Nueva York. Una catástrofe que sucediera en un grupo muy exclusivo, algo quizá fuera de lo común. De esa idea, nació El Ángel Exterminador.
En otras palabras, esta historia trata sobre un grupo de burgueses que viven en la gran Ciudad de México, y que después de asistir a la ópera, son invitados a la mansión de una prominente familia, los Nóbile. Después de la cena, una vez que los invitados deciden pasar a la sala a charlar y pasar el rato, son incapaces, inexplicablemente, de dejar aquella habitación. Sin una barrera o guerra que lo impida. Un suceso que ocurre sin justificación alguna.
Aunque Buñuel, refiriéndonos nuevamente a su gran obra escrita, mencionó que le hubiera gustado filmar esta película en otro escenario. Cabe agregar que eligió muy bien al elenco, y un lugar muy lujoso, los cuales plasman muy bien el único propósito de ésta: los modales de la clase social alta en una situación que se da sin ninguna razón, mostrando primeramente una aparente sofisticación y modales, y como estos se ven rebasados una vez que empiezan a escasear de agua, comida, y se ven envueltos en la suciedad y enfermedad tras no poder dejar aquel cuarto.
Uno de los aspectos más interesantes de esta cinta, es el hecho de que el director jamás intenta justificar un por qué; por qué están ellos ahí, y no pueden dejar la sala de estar en aquella mansión. Él en realidad pone a prueba las costumbres y el comportamiento de supuestos renombrados, quizá para hacer ver que en las circunstancias más difíciles, todos son capaces de perder la cabeza.
Claro está que este filme está abierto a cientos de interpretaciones, dejando cientos de cuestionamientos, todos por supuesto, con un propósito. También tiene repeticiones que representan los muchos días de encierro, a través del montaje y las acciones de nuestros personajes; Buñuel se atreve a retratarnos un panorama de desesperanza, donde, de acuerdo a sus ideales, ni siquiera la religión misma podía salvar.
Esta es una película que quiero realmente recomendarles. Altamente, por si no era lo suficientemente clara al respecto. Buñuel y su equipo, entre los que se encuentran el gran fotógrafo Gabriel Figueroa, Luis Alcoriza, como ya lo mencioné; Gustavo Alatriste, quien le dio al director toda la libertad para lograr esta realización; el escénografo Jesús Bracho y Georgette Somohano en el vestuario, quienes hicieron también un excelente trabajo; y el elenco elegido, pues todos se atienen muy bien a sus personajes, y hacen creíble esta historia fuera de la realidad. La mismísima Silvia Pinal, Enrique Rambal, Claudio Brook, Jacqueline Andere, Lucy Gallardo, entre muchos otros.
Él Ángel Exterminador, que se encuentra en la posición número 16 de las 100 mejores películas de cine mexicano, y entre las mil de todos los tiempos de acuerdo a New York Times (Ref. 2), recibió dos premios:
- Premio Fipresci de la Crítica Internacional.
- Premio de la Sociedad de Escritores del Cine en Cannes.
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