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Por Enrique Figueroa Anaya.
Fotos Omar Ramírez Luckie.
El pasado jueves 26 de enero nos dimos una vuelta Omar y su servidor por el Imperial. Este recinto ubicado en Álvaro Obregón #293 esq. Oaxaca, en la Condesa, es sin duda uno de los mejores sitios para ver y escuchar (sobre todo escuchar) buena música. Su acústica es de las mejores, que además combinada con un espacio íntimo que le vuelve envidiable para ver lo mejor de la escena nacional, se convierte sin duda en uno de los espacios preferidos para quienes gustamos de la música.
–>Ve todas nuestras fotos de No Soy en el Imperial, aquí<–
La primera banda que pudimos apreciar fue No soy, un proyecto que se define a sí mismo como «música experimental que no es un experimento, mas bien es exploracional». Con esta descripción que pudiera leerse un tanto confusa, la gente de No soy deja patente que lo único que se plantearon fue disfrutar de la buena música.
Con un estilo musical cercano al groove, la música de No soy hace evidente que su máxima cualidad es la de ponernos a bailar. Algo destacable de este proyecto es que lleva poco de creado, de hecho, apenas están trabajando en su primer material que esperamos con ansias poder escuchar. El verlos actuar en vivo fue sin duda una delicia.
–>Ve todas nuestras fotos de Trepasound en el Imperial, aquí<–
La segunda banda que pudimos ver y escuchar fue Trepasound. En el mismo tono de la presentación de No soy, quizá un poco más inclinado al funk rock, la gente de Trepasound volvió a provocar movimientos en cada uno de los presentes en el Imperial.
Lo que sin duda destaco es la participación del saxofonista groovero que puso a bailar a todo el Imperial, acompañado de una buena actitud y amor por lo que hace. Por momentos es cierto que pareciera que escuchábamos la misma canción una y otra vez, sin embargo, con eso bastó para que su presentación prendiera a la audiencia.
–>Ve todas nuestras fotos de DJ Rayo en el Imperial, aquí<–
Para cerrar la noche nos encontramos con el DJ set de Rayo. Un set variado que terminó por poner de cabeza al Imperial que se había entregado una vez más al baile desenfrenado como cada noche de miércoles a sábado.
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