Por Asfaltos.
Me acerqué a «Youth» de Paolo Sorrentino sin haber visto su laureada «La gran belleza», ganadora del Oscar 2014 a Mejor película extranjera. Sin referencias al cine de Sorrentino, su estética, inquietudes y forma de contar historias, de entrada «Youth» me pareció una película que vale la pena recomendar. Yo la disfruté mucho, con todo y que como siempre, haya elementos que percibo como afortunados y otros que no percibo de esa manera.
La película nos presenta al director de orquesta retirado Fred Ballinger (Michael Caine), quien acompañado de su hija (Rachel Weisz) pasa un periodo de vacaciones en un bello sitio de descanso a los pies de los Alpes. Ahí, en ese lugar que ya vale la pena observar en pantalla grande, coincide con su viejo amigo el cineasta Mick (Harvey Keitel), quien trabaja junto a un grupo de jóvenes en lo que él mismo llama su «testamento fílmico». Los dos, ya entrados en la vejez, ven con curiosidad a los otros jóvenes inquilinos.
Planos cuidadosamente elegidos, un ritmo sin prisas y una no menos minuciosa selección musical, forman parte del engranaje de una cinta que pudiera parecer un poco extravagante para quien como yo no conoce el cine de Sorrentino; sin embargo nada mas lejos de la realidad, si bien la cinta por momentos peca un poco de pretenciosa, en realidad «Youth» tiene más virtudes que defectos contando una historia tan simple como la del paso del tiempo.
De las actuaciones da gusto ver a los diligentes Michael Caine, Rachel Weisz, Harvey Keitel y Paul Dano (interpretando a un joven actor con muchas similitudes a Frank), quienes sobresalen en sus papeles principales, sin dejar a un lado a una contundente Jane Fonda que se les une con gran clase y categoría en una breve pero sólida escena que resulta fundamental. El efecto de aquella escena que le valió también reconocimientos a Fonda, provoca un giro en la historia que culmina en lo que siento yo es un muy bello, positivo y hasta poético mensaje.
La música, en la que sobresale un tema del que no quiero hablar mucho para no arruinar la sorpresa, es de altos vuelos. Una vez más atraído por ese aspecto visual que se hace patente en cada cuadro, Sorrentino se permite una comparación entre su labor y la de un músico, controlando los elementos de lo que se quiere ver o dejarse escuchar, en una escena donde Frank se sienta frente a un grupo de vacas a las que pareciera dirigir como músicos de orquesta (sin ofensas, por favor, que la escena vale la pena apreciarla).
«Youth», título afortunado por aquella idea que en la propia película se presenta sobre las diferentes percepciones que se tiene del paso del tiempo conforme a la etapa en la vida en la que uno se encuentra, es un muy entretenido y emotivo viaje por las cosas simples que dan forma a algo tan complejo como la vida.
Las caras estupefactas de Fred y Mick frente a la deslumbrante belleza de una inquilina que guarda más secretos de los que su propia figura aparenta, fueron elegidas para una de las versiones del póster promocional. La elección es perfecta, pues así ven durante toda la cinta a la bella y misteriosa juventud, que para ellos parece lejana e inalcanzable, hasta que ambos llegan a sus propias conclusiones.
«Youth» se estrenó el pasado fin de semana entre la marea que significó el estreno de «Capitán América: Civil War». No se trata de ponerlas a competir, porque además de injusto sería ilógico, pero créanme que vale la pena apurarse a ver «Youth» que durará considerablemente menos en cartelera; y que les aseguro desde ya les sorprenderá también.
Con imágenes cortesía de :ND Mantarraya.
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