Por Asfaltos.
Dicen que el amor, como el ejercicio, si no duele no sirve… El más bello de todos los sentimientos tiene sus dos caras de la moneda, por un lado la euforia inicial, por el otro la tristeza absoluta por el final (sea el que éste sea). «Amor mío», nombre de la más reciente cinta de la actriz y directora francesa Maïwenn, es una trepidante muestra de lo anterior, de esas dos facetas del amor que en esta película se retratan con gran talento.
La historia nos presenta a Tony (Emmanuelle Bercot), una mujer que después de sufrir un accidente de esquí termina en un centro de rehabilitación, un espacio donde entre médicos y medicamentos luchará contra el dolor para rehabilitarse. Sin embargo, a nada de empezar la película nos encontramos con el hecho de que le rehabilitación no se limíta únicamente a lo físico, sino también a lo mental y espiritual. Su rodilla destrozada es reflejo de la historia de amor que vivió con Giorgio (Vincent Cassel), un hombre al que ama desenfrenadamente.
Al principio podríamos no comprender bien las similitudes entre ambas historias, sin embargo, eso no importa mucho pues lo iremos descubriendo a su debido tiempo. Y es que conocemos la historia de amor desde el principio, inesperada y súbita como el enamoramiento mismo, para ir entendiendo muy bien lo que va pasando por la cabeza de Tony. Sí, quizá por la cabeza de Giorgio nos parecieran las cosas más extrañas, pero aquí se trata de comprender a Tony quien se encuentra en un proceso que la llevará también a ella comprender mejor su pasado.
Es así que Emmanuelle Bercot se luce en su papel de Tony, una mujer que cede automáticamente a los encantos del hombre del que se enamora, para dejarse llevar por el carrusel de emociones y de repente caer, tan estrepitosamente como en esa caída de esquí que le dejó la rodilla sin ligamentos. No, no estoy estropeándoles nada porque la historia al plantearnos esa situación desde el inicio, nos invita desde el inicio a ser mas bien parte de la forma en la que se fueron dando las cosas, y créanme que vale la pena ser testigo de ello.
Si bien «Amor mío» podría catalogarse como un drama, de acuerdo a mi experiencia frente a la pantalla les aseguraría también que se trata de un drama lleno de suspenso, pues uno no deja de estar en esa situación de expectación frente a cada uno de los elementos que componen esta particular historia de amor. Vincent Cassel se luce con un papelazo, pues logra con Giorgio convertirse precisamente en ese personaje ambiguo que nos hace sentir lo mismo que siente la propia Tony con él. La desesperación del papel de Bercot la compartimos, y es ahí donde nos adentramos por completo en una cinta que no nos deja en paz hasta el final.
Emmanuelle Bercot, quien ganara el Premio de interpretación femenina en el pasado Festival de Cannes 2015, luce impresionante, de la felicidad absoluta a la tristeza profunda; pero Vincent Cassel hace lo mismo pero como provocador, como victimario. En verdad el trabajo de Maïwenn se hace lucir con la dirección de estas dos interpretaciones que se llevan absolutamente la película.
El espectador, como nos sucede en la vida real, buscará tener siempre un pensamiento lleno de juicio para Tony como el de uno de los personajes de la película los tiene hacia ella; sin embargo, hacia el final podría quedarse mas bien callado y pasmado porque se sentirá más de una vez reflejado, si es que alguna vez vivió una historia de amor de esas donde si no duele no valió la pena.
«Amor mío» se estrena hoy en cines cortesía de Cine Caníbal, y sí, créanme que es la recomendación del fin de semana. Lleven a su pareja, seguro la cinta provocará una muy buena charla posterior, y quien sabe, en una de esas hasta dentone una noche igual de frenética y apasionada como la de esta historia. Si van solos no se preocupen, seguro lo pasarán igual de bien pues es una gran cinta que hay que ver.
Con imágenes cortesía de Cine Caníbal.
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