Por Asfaltos.
Su nombre era Francisco José Hernández Mandujano, pero todos lo recordaremos siempre como Chico Che. Nació en Ciudad de México el 7 de diciembre de 1940, aunque fue hijo de padres tabasqueños con los que se fue a vivir a su amada Villahermosa, Tabasco.
Asociado fuertemente a Ciudad de México, en realidad Chico Che tuvo siempre a Tabasco como su tierra, sitio desde el cual hizo en gran parte su carrera.
Huérfano desde los 5 años a raíz de un accidente que terminó con la vida de sus padres, Chico Che debe su mote precisamente a ser el más pequeño de tres hermanos. Francisco, cuyo diminutivo le dejó en «Chico»; y José, cuyo diminutivo lo dejó en «Che», fueron parte distintiva de un músico al que le caracterizaron también sus overoles y lentes cuadrados.
Chico Che estudió música en la universidad, lo que lo hizo diestro en cualquier instrumento, sobre todo en sus característicos teclados y sintetizadores.
La muerte le sorprendería a los 48 años con un infarto al miocardio. Su leyenda, sin embargo, sería viva y su música más alegre que nunca.
Para recordar a Chico Che, así como para abrir el apetito, hoy evocamos los mejores olores de la capital mexicana, esos que escapan de fondas, puestos callejeros y «restaurantitos», precisamente con la divertida y alegre «El restaurantito» de Chico Che y su grupo La Crisis.
Por cierto… ¡buen provecho!
Foto: ayngelina.
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