Por Asfaltos.
He de confesarles que la primer «Día de la Indepenencia» (1996) no fue nunca de mi gusto. Nunca conecté con una historia que para mí era «demasiada estadounidense», ni conecté tampoco con la repentina invasión de unos extraterrestres (copia calca de los más terroríficos Alien) que llegaban en un gigantesco OVNI. Quizá la referencia que más me daba gracia, de una cinta que sí disfruté mucho en su momento, era aquella en la que el agente especial del FBI, Fox Mulder, orinaba el cartel de «Día de la Independencia» como parte de una escena de la película «Los Expedientes Secretos X: combate al futuro» (1998); por cierto, ambas producidas por la 20th Century Fox.
Dirigida por el alemán Roland Emmerich, «Día de la Independencia» contaba la historia de cómo una raza alienígena invadía la Tierra el 2 de julio de 1996; para posteriormente ser liberada en una lucha que involucra a toda la humanidad el 4 de julio de ese mismo año, en pleno día de la independencia de los Estados Unidos. La película fue en su momento un tremendo éxito taquillero, y es recordada sobre todo por haber sido la cinta que lanzó como héroe de acción al actor Will Smith.
Pues bien, con Roland Emmerich de vuelta a la dirección, y casi todo el elenco principal de la primera cinta de regreso, llega a los cines «Día de la Independencia: Contraataque»… sí, casi todo el elenco pues el único en fallar fue el mencionado Will Smith, quien sí vuelve pero en forma de estampita, por decirlo de alguna manera.
La historia es, si bien lo menos interesante, la misma de la primera; solo que ahora en lugar de ser un ataque que toma por sorpresa a la humanidad, de alguna manera… no, un momento, les vuelven a tomar por sorpresa a pesar de que ahora, con la tecnología desarrollada a partir de la extraterrestre, parece que están mejor preparados. La acción es trepidante, sí, no deja de haber ni un momento en el que no hay movimiento en la pantalla, como es de esperarse en una cinta de su presupuesto, pero… no sé, la verdad resulta -o me resultó a mí- un tanto tediosa.
Ciertamente no le voy a buscar peras al olmo, por lo que encontrarle un significado más profundo a una película de este tipo sería absurdo, pero por lo menos buscaría que me entretuviera… y pues no. Porque aquí la fórmula es básicamente: «entre más grande, mejor». Todo es más grande, ¡absurdamente grande!, y perdón, pero no resulta entretenido sino tremendamente ridículo.
Además del elenco de la primera cinta, se suma un elenco joven que ciertamente resulta un tanto olvidable. Es mas bien en las viejas caras conocidas que recae el peso de una cinta que además de la espectacularidad de efectos y que de que todo sea más inmenso que nunca, apuesta por la nostalgia que en realidad el gran cine de Hollywood sigue exprimiendo hasta la última gota.
Pensaba en su momento, y que conste que soy un gran fanático de Star Wars, que las secuelas de esta saga eran definitivamente innecesarias. Obvio que como Bill Clinton citaba, «todo es el dinero, estúpido», pues a nivel narrativo no hay ninguna justificación de seguir alargando historias que se concluyeron. Mismo caso del «Día de la independencia: Contraataque», en donde no hay otro gancho que ir a ver las caras de quienes vimos en la primera, pero más viejos.
Los efectos están bien, aunque quizá por haberla visto en 3D, sentí que en gran parte era tanta la saturación de éstos, que no se disfrutaban bien. Sentí también muy oscura, por momentos, la pantalla.
No, no me lo tome a mal estimado lector, que conste que le advertí que la primera cinta nunca me gustó; pero por ello hago una merecida pausa y termino: si a usted le gustó la primera, vaya a verla, ande, la puede disfrutar y seguramente le hará pasar un buen rato. Eso sí, me atrevo a afirmar por lo anteriormente expresado, que nada será como aquella «primera vez», lo aseguro.
«Día de la independencia: Contraataque» se estrenó hoy en cines de nuestro país. Mi recomendación sería verla en digital, sin el 3D.
Imágenes cortesía de 20th Century Fox.
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