‘Game of Thrones’: Una sexta temporada con sabor a coaliciones

Por Sandyluz.

El filme jamás iguala al libro. La obra literaria siempre abrirá más caminos hacia la imaginación, conduciendo al texto interactivo. En ese tenor, un best seller no tiene la misma calidad narrativa, ni estilística que una obra literaria; ¿la razón? La finalidad de su concepción. El best seller sacia al lector promedio, enfocándose en “a quién”; la obra literaria, sin complacencias, germina como expresión artística que trasciende las fórmulas de la industria del entretenimiento, enfocándose en “el qué”. Empatizando con Roman Jakobson, el best seller se enfoca en el receptor, privilegiando la función connotativa del lenguaje; la obra literaria antepone la función poética del lenguaje.

Así, me introduzco a la saga de libros del autor George R.R. Martin, «Canción de hielo y fuego» –conocida como «Game of thrones», título del primer ejemplar–, que ha sabido trascender en la industria del entretenimiento. Exitosa la serie televisada por HBO; exitosa la venta de los libros (seis hasta ahora). La fórmula del best seller se confirma victoriosa con esta obra. Entre su público, algunos se iniciaron como espectadores, ya luego acudieron al texto; otros, asiduos lectores, como complemento, se han permitido mirar la serie televisiva. ¿Sus aciertos? Cada ejemplar es de gran extensión y sólo por eso justifica su precio; el autor desarrolla un mundo con geografía inédita y personajes arrancados de mitos y leyendas con aristas muy humanas; aun cuando éstos tropiezan con el estereotipo, el universo que presenta el autor es rico en minucias, disfrutables por ser realísticamente ficticias. En detrimento, la serie televisiva no termina de complacer, pues ha confirmado que diez episodios anuales no compilan satisfactoriamente el acontecer de los personajes; así, impecablemente producida, presenta una narrativa que siempre deja huecos irremediables, a menos que se haya leído anticipadamente. Quizás todo ello obedece a una premeditada estrategia de ventas, pues el espectador ilusionado irá por los libros, para completar los espacios vacíos.

Recién terminó la sexta temporada, logrando simultaneidad en Estados Unidos y Latinoamérica. Se avecina el momento en que uno de sus entrañables personajes ocupe el codiciado Trono de Hierro. En temporadas anteriores, la serie televisiva se enfocó en desarrollar el intrigante modo de vida de los diferentes reinos; empero, el final de la sexta temporada por fin redondea la trama y ofrece la posibilidad de más de un personaje en el trono; quizás suceda una alianza (¿matrimonio o convenio político?) que saque a los Lannister del poder y que honre al desenlace con el legítimo nombre de la serie: «Canción de hielo y fuego»… Ya se perfilan como fuertes contendientes la madre de los dragones (Daenerys Stormborn) y el resucitado rey del Norte: Jon Snow. El gobierno corrupto y decadente de Cersei Lannister se prevé breve, más cuando la carismática Khaleesi ha sumado a su causa varios reinos importantes. En su travesía hacia el norte deberá confrontarse con Snow, para decidir quién de los dos (¿acaso ambos?) ocupará el anhelado Trono de Hierro.

Hasta ahora, la serie televisiva ha obtenido 26 premios Emmy y un Globo de Oro. En 2015, obtuvo el Emmy de Mejor serie dramática, convirtiéndola en una de las favoritas del público (espectador o lector). Ni hablar, a esperar todo un año para ver si mis predicciones son correctas y la saga termina con una alianza feliz entre el rey de la nieve y la portadora del fuego.

Sandyluz. «Detrás de la pluma…» Egresada del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Completó estudios de Creación Literaria en la Escuela de Escritores del Estado de México (SOGEM). También terminó una maestría en Estudios Humanísticos con especialidad en Literatura, en el Tecnológico de Monterrey. En un plano más relajado, es aficionada a los libros y a la escritura desde corta edad; ha escrito de manera informal cuentos y poesías; con uno de sus primeros cuentos ganó un concurso local del cual obtuvo su primer retribución económica y profesional, siendo ello un significativo incentivo para seguir escribiendo. La Literatura ha sido una válvula de escape para no enfermar de realidad. La fantasía reanima el fulgor de los sueños que soñamos dormidos y que soñamos despiertos…