«En la sangre», retrato sencillo de la compleja realidad

Por Asfaltos.

Mateo es un solitario intelectual, quien después de vivir un tiempo en el extranjero, se conforma con la comodidad de pasar tiempo junto a su hermano Tomás y la novia de éste. La relación de Tomás y su novia Nadia pasa por un bache, debido en parte a que Tomás prepara su salida de la ciudad para empezar sus estudios de posgrado; mientras tanto, la relación de Mateo y Nadia se va volviendo más íntima.

«En la sangre», de la egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, Jimena Montemayor, es una historia íntima reflejo de sus propias reflexiones sobre el amor. La cinta sirve como un reflejo de su propia experiencia por las tres historias que retrata de manera tan cuidada. «Quise hacer una historia de amor», me platicó Jimena, «de esta otra historia de ponerte en los zapatos del otro, y fue un poco así como empezaron a crearse estos tres personajes».

Para el proceso de producción, mismo que termina plasmándose de manera muy evidente en el trabajo final, se contó apenas con un equipo de 10 personas, incluyendo a los 3 actores principales. «Yo hacía vestuario, maquillaje, data manager; el productor era chofer, actor, data manager y a veces boom. Su hermano (señala a Juan Pablo) era nuestro todo, ‘el soldado’, todo lo que necesitaba lo hacía. Ellos mismos pusieron parte del vestuario. Estaba el asistente de producción, que dijo que solo iba a ir una semana y seguía llendo, seguía llendo. Entonces sí se logró como un mundito-hermandad, las cosas sucedían donde estábamos descansando; los sets eran nuestros lugares de reposo… o de no reposo», compartió Jimena.

Filmada en habitaciones, generalmente donde sólo se encontraban los actores principales, «En la sangre» logra ese sentimiento de complicidad entre el espectador y los personajes. Nos volvemos cómplices de lo que vamos observando, al tiempo que nos vamos percatando que lo que se presenta en pantalla nos ha pasado también a nosotros. Es como si en cualquiera de nuestros líos amorosos tuviéramos la oportunidad de vernos por fuera y decir: ah, claro, así fue como se dieron las cosas. «Entre la ficción y la realidad era muy poquita la diferencia», concluye Jimena para redondear la idea.

Pero si bien se trata de una historia sencilla, no deja de tener su complejidad. Y así pasamos con quien se convierte de alguna manera en esa manzanda de la discordia, el personaje de Nadia que es muy cuidadosamente interpretado por una Camila Sesler que destaca con su actuación sin muchos aspavientos. «La verdad es que vivir un personaje así, a mí como mujer me dio herramientas también; y reconocerte en una historia compleja», me confesó.

Al lado de Nadia se encuentran los personajes de Mateo y Tomás, interpretados por Pedro de Tavira y Juan Pablo Campa, quienes con esa misma naturalidad captada en pantalla, nos cuentan una historia que pudiera sentirse que avanza con cierta lentitud; hasta que con detalles muy pequeños nos termina por involucrar por esa sensación que da el sentirnos identificados con historias, sensaciones, momentos y sentimientos.

No podría dejar de mencionar la música, un elemento que junto a la fotografía de la cinta, me gustó demasiado. Con ayuda de la periodista musical Lucía Anaya, la banda sonora de «En la sangre» incluye canciones desde la muy popular «Toro» de El Columpio Asesino, hasta la independiente «Always nice» de Juan Castelazo, proyecto del propio Juan Pablo Campa. También Pedro de Tavira incluyó música de su creación para redondear una cinta que se disfruta de principio a fin.