Por Asfaltos.
Haciendo a un lado el caso de Batman que tiene ya muchos años dentro del mundo cinematográfico, el actual boom del cine de superhéroes podríamos identificarlo a partir del estreno de «X-Men» (2000) de Bryan Singer. A partir de ese momento nos encontramos inmersos en una avalancha que lleva ya 16 años y contando de una producción indiscriminada de cintas del género. Si bien películas como la propia «X-Men», la trilogía «The Dark Knight» de Christopher Nolan (2005-2012) y la primer «Avengers» (2012) de Joss Whedon han sido celebradas por el público, la crítica y en especial la taquilla; el género del cine de superhéroes vive actualmente tiempos más flojos provocados en parte por esa avaricia exagerada que ha producido películas como si de hamburguesas se tratara.
Cuando en 2008 Warner Bros. puso sobre la mesa relanzar a Superman tras la fallida «Superman Returns» (2006) dirigida por Bryan Singer, algo se empezaba a hacer notar en el universo cinematográfico de DC Comics: falta de planeación. Si bien lo mismo había sucedido en la eterna competencia Marvel con la «Hulk» (2003) de Ang Lee que provocó también un relanzamiento del personaje que tampoco cuajó con «The Incredible Hulk» a cargo de Marvel Studios; con la adquisición de Marvel Entertainment, Inc. por parte de The Walt Disney Company todo cambió.
Si algo saben en la «compañía del ratón» es del negocio del entretenimiento, y así lo hicieron notar cuando bajo su cobijo Marvel Studios empezó a dominar el género cinematográfico de superhéroes alguna vez dominado por DC con su siempre rentable Batman. Cómics, series de televisión y las propias películas, funcionaron como medios para expandir un mundo inmenso de historias y de personajes que terminarían cimbrando las pantallas de cine. Al momento de escribir esta columna, a partir de «Iron Man» (2008) se han producido 13 películas con superhéroes de Marvel; es decir, un promedio de 2.2 cintas por año, y eso que aún falta por estrenarse «Doctor Strange» (2016) a finales de este año, lo que elevaría el promedio a 2.3. La selección de personajes, historias y películas ha sido una de las fortalezas de Marvel Studios, que va ya por el cierre de lo que ellos han denominado la tercera fase de su ambicioso proyecto cinematográfico.
DC Comics por su parte, en septiembre de 2009 pasó a convertirse en DC Entertainment Inc., empresa subsidiaria de AOL-Time Warner. Con la encomienda de, además de seguir operando la editorial DC Comics, DC Entertainment Inc. adquirió una nueva responsabilidad haciéndose cargo de que los superhéroes de los que eran dueños llegaran a las pantallas de cine. Del mismo modo se encargarían de lo relacionado a los videojuegos y series de televisión, entre otros medios. A partir de esta decisión nacieron cintas basadas en Jonah Hex, The Losers y Green Lantern; mismas que sobra decir consiguieron malos resultados. Para 2013 se cumpliría el ansiado reinicio de Superman con «Man of Steel» (2013) dirigida por Zack Snyder. La película si bien apostaba a ser un primer paso firme y sólido para lo que vendría, resultó un tanto tambaleante, y sobre todo evidenció los problemas de planeación de la propia compañía. Sí, hay que conceder que en videojuegos, series de televisión, e inclusive películas animadas, el universo de DC Comics se ha ido ganando un gusto entre el público; también hay que aceptar que en la pantalla grande las cosas no han salido bien por esa evidente falta de planeación.
El anuncio de la secuela de «Man of Steel» vino a confirmarlo todo; que fuera presentada no como una cinta exclusiva del «hombre de acero» sorprendió a muchos, además de la noticia del regreso de Batman que apenas en 2012 había cerrado su reciente y exitoso ciclo en la pantalla grande con «The Dark Knight Rises». La mala respuesta a «Man of Steel» le pegó de manera directa a «Batman v Superman: Dawn of Justice«, y el resultado de ésta misma parece repetirá el efecto para la próxima «Justice League» (2017). Con «Suicide Squad» (2016), que recientemente vi este fin de semana, los errores de sus antecesoras han vuelto a ser en gran parte los culpables de muchas de sus fallas.
No, «Suicide Squad» no es la abominación que muchos comentaron en redes sociales; aunque sí, sí es una película mal ejecutada. De entre los muchos errores con los que puede contar «Suicide Squad», una vez más salta la evidente falta de planeación. Los rumores de reshoots, además del evidente de oscuridad a colorido de su campaña promocional, provocaron los rumores ácidos de quienes iban percibiendo una vez más la poca seguridad de DC Entertainment para con sus productos. Mismo caso con el ¿avance? mostrado de «Justice League» en la pasada San Diego Comic-Con, donde además de habernos fregado ya varias de las sorpresas que debimos haber descubierto en el cine con la película ya estrenada, se percibe que ahora el tono de la cinta es distinto a lo planteado tanto en «Man of Steel» como en «Batman v Superman: Dawn of Justice».
Para confirmar lo evidente, en un muy interesante texto publicado en The Hollywood Reporter por Kim Masters, se destaca lo apresurado que resultó la producción de «Suicide Squad», así como los errores en los que cayeron una vez más para depositar todas las canicas en una cinta que para su frustración volvería a fallar. El amontonamiento de personajes, la clara evidencia de que se trataba de ser «más cool», así como decisiones que fueron tomadas más por ganar dinero que por entregar un producto que a la larga resultara más benéfico a todos los involucrados, hacen de «Suicide Squad» una víctima más del engolosamiento de una DC Entertainment que metió el acelerador de manera equivocada tras verse tan tarde arriba del tren del cine de superhéroes. El género de cine, ya un tanto desgastado, tendría que recibir una mejor planeación desde arriba de DC Entertainment para reavivar la atención de público que como ya ha visto todo, quiere por lo menos algo diferente, o por lo menos, algo bien hecho.
RUGIDO DE LA SEMANA: Ah, el internet… Hace unos días la protagonista de «Star Wars: The Force Awakens», Daisy Ridley, compartía a través de Instagram un momento de la gala de los Teen Choice Awards en donde se homenajeaba a las víctimas de violencia armada en los últimos meses en los Estados Unidos. Acompañando a la imagen, Ridley publicó en texto lo siguiente: «Pensando en lo afortunada que soy como… Poco seria: mientras me sentaba ayer en la audiencia las lágrimascorrían por mi cara en el homenaje a aquellos que se han perdido por la violencia armada. No conseguí una gran imagen del increíble increíble que apareció en el escenario pero eran tan valientes. Fue un verdadero momento de unión. Debemos #stoptheviolence.» La intensión del mensaje de Ridley, quien se había destacado como una gran usuaria de la red social, no era otra que la empatía; sin embargo, en uno de esos arranques de los usuarios de internet, le llovieron críticas a la intérprete del personaje de Ray en la nueva Star Wars, mismo por el que le recriminaron su «hipocresía», ya que en pantalla grande disparaba a los Stormptroopers… Ok, sí, leyeron bien, se le criticó de hipócrita porque «su personaje» le disparaba a los malos de la película. A ver, ¿en qué momento fue en el que se perdieron los críticos de Ridley sobre el hecho de que su trabajo como actriz es actuar? Válgame, ya por eso me estoy quedando ronco de tanto rugido… Chale.
Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.
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