Por Asfaltos.
Cuando chico, si bien los personajes clásicos de la trilogía original de Star Wars como Darth Vader, Luke Skywalker, Han Solo, Leia Organa, Chewbacca, C-3PO, R2-D2 y demás se adueñaron de mi imaginario «galáctico», como muchos otros fui seducido también por el lado oscuro de un imponente personaje surgido del «Universo Expandido» de Star Wars; uno que contrario a lo que podría esperarse, no era un «fuerza habiente», y que sin embargo, literalmente, algo tenía en esa mirada penetrante…
Aquellos niños y adolescentes de los 80 que vieron a Luke Skywalker ser salvado por su padre ahora reconvertido en Anakin Skywalker, salieron felices por ver concluida una aventura que había iniciado hace 6 años en 1977. Sin embargo, tras la digestión correcta de la película, hubo una duda que comenzó a crecer… y ahora, ¿qué sigue? El mundo cinematográfico creado por George Lucas se terminaba con la tercera entrega de su saga; la sexta de acuerdo al nuevo orden establecido por el creador.
De alguna manera los cómics, como lo hicieron cuando se acabó aquella primer entrega de Star Wars, entraron al quite para llenar el hueco dejado por la que es sin duda la franquicia más importante en la historia del cine; sin embargo, el gusto duraría poco, pues justamente hace 30 años, en 1986, los cómics de Star Wars editados por Marvel dejarían de publicarse para dar inicio a los tiempos oscuros, no, no en los que dominaba el Imperio Galáctico, sino mas bien en los que no había éste ni Alianza Rebelde. Así, de repente, se acabó Star Wars para los miles de fanáticos en el globo.
La cancelación de los cómics editados por Marvel fue un golpe duro para los fanáticos, quienes en los años posteriores a «Star Wars: Episodio VI – El Regreso del Jedi» consiguieron calmar sus ansias por las aventuras de Luke, Han y Leia, que continuaron a partir del número 81 de aquella primera corrida de cómics, y que resulta hasta nuestros días una curiosidad en la que por lo pronto nuestros héroes una vez más lucían separados tras el éxito en Endor, y con nuevos retos en el camino. Sí, ando en la lectura de estos materiales, así que espero pronto poderles compartir algunos detalles curiosos.
Tras la pausa de historias de Star Wars lo único que se entregaba a los fans era el anhelo de ver realizados alguna vez los primeros tres episodios de la saga, o el juego de rol creado por Greg Costikyan y Bill Slavicsek editado por West End Games con motivo del décimo aniversario del «Star Wars : Episodio IV – Una Nueva Esperanza», o el videojuego «Droids: Scape from Aaron» para los sistemas Amstrad CPC Commodore 64 y ZX Spectrum. Todo estuvo detenido y oscuro, hasta que 5 años después, tras haber convencido a Lucasfilm por la constante negativa de éstos a representar en el formato que fuera los tres episodios de la saga, se decidió revivir Star Wars precisamente con las historias posteriores a la Batalla de Endor, es decir a «Star Wars: Episodio VI – El Regreso del Jedi».
Tres libros fueron los que devolvieron a Star Wars la fuerza que tenía, continuando así la historia que se llevó a cabo hace mucho tiempo, en una galaxia, muy, muy lejana… «Heredero del Imperio», «El resurgir de la Fuerza Oscura» y «La última Orden» fueron los títulos de la Trilogía de la Nueva República que publicó en 1991 el escritor Timothy Zahn, quizá uno de los autores del Universo Expandido más reconocidos.
Tras un lustro del final de «El regreso del Jedi», Leia y Han se han casado y asumido nuevas responsabilidades con la formación de una Nueva República; además por su cuenta Leia vive su embarazo y aprende a usar la Fuerza, mientras que Han trata de reclutar aliados de su antiguo mundo para los nuevos planes del nuevo gobierno, pero se las ve difícil por ese status de héroe que ahora carga en sus espaldas. ¿Luke? Luke luce un poco sobrepasado por sus responsabilidades, mismas que Obi-Wan Kenobi le recuerda en una de las mejores frases de la novela: «You’re not the last of the old Jedi, Luke, you’re the first of the new» («No eres el último de los viejos Jedi, Luke, eres el primero de los nuevos»).
Por su parte, un reducido Imperio Galáctico se ha resistido a perder una batalla en la que cinco años atrás vieron destruída su segunda Estrella de la Muerte, y morir a sus líderes el Emperador y Darth Vader. El tiempo y la lejanía, sin embargo, le dio a lo que queda del Imperio Galáctico un nuevo líder que se ha alzado de entre los restos, uno de los últimos grandes mandos de la flota imperial, un chiss de piel azul y ojos brillantes, un estratega militar impecable, frío y calculador: el Gran Almirante Thrawn.
Así, con una presencia que primero cobró vida en la novela de Timothy Zahn, y posteriormente en su adaptación en cómics, el Gran Almirante Thrawn se apoderó de todos los lectores sin poseer ningún manejo de la fuerza, pero sí esa personalidad que le terminó convirtiendo en una de las más grandes pesadillas de la joven Nueva República. «Heredero del Imperio», el primero de los tres libros de la saga literaria, fue un éxito absoluto en los Estados Unidos, y se convertiría con los años en una referencia obligada para el Universo Expandido de Star Wars que revivió la saga con la fuerza suficiente para regresarla a la pantalla grande en 1997 con motivo de los 20 años del inicio de todo, y en 1999 con la promesa cumplida de «Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma».
Sí, Thrawn fue punta de lanza para la resurección de Star Wars, tanto que su éxito se disparó definitivamente al convertirse en uno de los favoritos de los fanáticos. Fue así que fue incluido por ejemplo en el videojuego de 1994 «Star Wars: TIE Fighter», así como lanzado como figura de acción en 1998 como parte de la colección del Universo Expandido; por cierto, si me permiten lo fan (ok, si han llegado hasta acá ya me lo permitieron), con gusto les comparto que guardo una de esas figuras en mi pequeña pero muy querida colecciónn de Star Wars.
Sí, Thrawn y también hay que decir que Mara Jade (brazo derecho del Emperador y futura esposa de Luke Skywalker en ese universo ahora perteneciente a «Legends» en el canon de la nueva Lucasfilm), fueron los dos nuevos personajes de Timothy Zahn que pasaron la prueba del añejo para insertarse para siempre en el imaginario de todo fanático de la saga, que vale recordar una vez más que tras vivir aquella oscura segunda mitad de los 80 vio con mucho agrado cómo revivía su saga favorita con una historia sólida y personajes apasionantes.
Por eso cuando Disney compró Lucasfilm y anunció una nueva trilogía que continuaría la historia de las película que nos dejó con Luke, Han y Leia celebrando en la luna de Endor, surgieron los temores de un «borrón y cuenta nueva» en la historia de Star Wars que dejaría a un lado a los apreciados Thrawn y Jade. Y sí, Disney hizo precisamente eso, primero porque era lógico que quisieran organizar todo para una nueva etapa de historias que no se limitarían de manera evidente a las tres nuevas películas, y segundo porque el paso del tiempo real en la vida de los actores que interpretaron a nuestros héroes ya no encajaba con el tiempo transcurrido en aquella primera novela de Zahn, «Heredero del Imperio».
La «desaparición» de todas aquellas historias que no fueran las películas -y hay que decirlo, la serie animada «Clone Wars» que Lucas dejó como último legado a su universo-, causó un revuelo entre los fanáticos de Star Wars, tanto que en las redes sociales se movilizaron todos los que odiaban tener que olvidarse de historias y personajes que habían aprendido a querer y a hacer suyos.
Como parte del revuelo, al ser la primera afectada, el nuevo sello de «leyenda» a la trilogía de Zahn causó comentarios del propio autor, quien un poco bajoneado por la decisión, y agradeciendo y entendiendo a los fanáticos que le defendían, no dejó de alentar a quienes le apoyaron afirmando que «no es el fin. Algunos de sus personajes favoritos, algunas de sus escenas favoritas, pueden regresar en cualquier momento. No lo sabemos. Cálmense, relájense. Aprecio mucho su lealtad y su pasión. Pero realmente, relájense. Está bien. Estará bien», comentaba un optimista Timothy Zahn.
Y sí, así lo fue. Como lo destaqué en esta misma columna, en la pasada Star Wars Celebration, los fanáticos que sufrieron con la «desaparición» del chiss de imponente aspecto se vieron recompensados, incluidos su servilleta y amigo. Para «Star Wars Rebels», como villano de la esperadísima tercera temporada, se confirmaba el regreso del más importante estratega militar del Imperio Galáctico, un rival sin igual, frío, calculador, drástico y eficiente; ¡un auténtico terror para los rebeldes! Señores y señoras, con ustedes… el Gran Almirante Thrawn.
RUGIDO DE LA SEMANA: La semana pasada la verdad que quedé exhausto del tiempo dedicado a mi columna, y por ello me quedé sin ganas siquiera de rugir, pero hoy, aunque para esta columna ustedes no lo sepan pero me llevé casi 2 horas frente a la pantalla, acá finalmente un nuevo rugido, ¡y vaya rugido! En el Roadshow Canacine del que les compartí mi opinión la columna pasada, platicaba con colegas del medio para enterarme de los planes de Cinemex para ir adaptando sus salas a un público que ha expresado en encuestas su preferencia por películas traducidas al español, en lugar de subtituladas. La verdad que cuando me lo comentaron, pedí a mis también amigos me dijeran cómo se enteraron de ello, y cuando me comentaron que había sido de viva voz de los responsables de la segunda exhibidora del país, me quedé realmente atónito… No quiero pensar que estamos frente a un momento en el que las películas en idioma original empiezan a escasear, porque ya habrá tiempo para comentarlo, pero considero que las cintas de este tipo ya resultan un producto distinto al planteado por los autores. Vaya, habrá que ver y darle tiempo al tiempo para ver qué sucede; pero para añadirle polémica al asunto, en el Roadshow Canacine se nos mostraron por un momento avances absolutamente doblados al español, en por lo menos una o dos cintas a las que sentía que era innecesario hacerles eso. ¿Se imaginan andar buscando en la cartelera algún cine que aún tenga la versión en inglés de la próxima «Star Wars : Episodio VIII»? Chale, yo no…
Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.
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