‘Acidez brutal’, de Armando Palomas

Por Asfaltos.

Con pocos recursos, espacios y apoyos, un grupo de músicos en los 80 en esta capital, se iban abriendo sitios en una escena musical que era diametralmente opuesta a la que vivimos el día de hoy. Los valientes que decidían dedicar su tiempo a la música se enfrentaban a un escenario donde sin dinero, tuvieron que economizar en recursos y decidirse por lo mas elemental.

Por mencionar tan solo algunos nombres, valdría recordar a músicos de la talla de Rodrigo González, Jaime López, Cecilia Toussaint, Mario Mota, Roberto Ponce y Alejandro Lora; y de ellos, de quienes los que todavía siguen activos, el día de hoy me toca recordar al gran Armando Palomas. Palomas es uno de esos cantautores independientes que cuando tengan oportunidad no deben perderse por ningún motivo.

Cronista rockero de la vida cotidiana nacional, Armando es considerado uno de los mejores y más creativos compositores de rock. Su trabajo ha trascendido tiempo y fronteras, consolidándose como un músico que a donde va genera expectativa, sin la necesidad de tener detrás el apoyo de los grandes medios masivos quienes normalmente no le hacen ruido. Originario del estado de Aguascalientes, Armando Palomas es un tipo cualquiera que sabe divertirse y divertir.

Pues bien, ahora que andamos en plenas fechas patrias, encaminándonos poco a poco hacia el puentesote del 15 y 16 de septiembre, qué mejor que ir preparando algunos de los varios platillos de la extensa, deliciosa y adictiva gastronomía nacional; pero ojo, no se propasen, porque si no como advierte con todo ese humor negro que caracteriza a don Palomas, terminarán pidiendo del auxilio de un Alka Seltzer para librarse de aquella «Acidez brutal» producto de la inclemente tragadera.

En fin, advertidos están gracias a la divertidísima «Acidez brutal» del desparpajado, cómico y crudo Armando Palomas; a quien por cierto, si quieren seguir o ver en alguna de sus presentaciones, les pido no dejen de seguir a través de su cuenta de Twitter.

Foto: Abraham Siloé.