¿En tres meses superas una violación?

Por Laura Ramírez Delgado.

90 días en prisión a cambio de toda una vida con el recuerdo de una violación. Así es como funciona la justicia en Estados Unidos, el país de las libertades. Así es como se trata a un criminal cuando sus privilegios sociales pesan más que su sistema.

Brock Turner tiene 21 años y ya abusó sexualmente, al menos, de una mujer. Tres meses en la cárcel fueron considerados castigo suficiente para este joven que ya no podrá volver a inscribirse en Stanford, la universidad en la que realizó el ataque. Su condena se redujo a la mitad debido a “buen comportamiento” al interior de la cárcel. Durante tres años más, tendrá libertad condicional.

En un lapso de tres meses, se estima que alrededor de 75 mil mujeres fueron violadas en Estados Unidos. Así lo señala Elizabeth Plank, una reconocida productora de videos, en uno realizado recientemente en el que confronta a Turner. Mientras este violador estuvo pasándola mal, otros como él vejaron a muchísimas mujeres y destrozaron sus vidas.

En este mismo video de Elizabeth Plank se puede ver el tipo de medidas ridículas que una universidad tan prestigiosa como lo es Stanford ha tomado para evitar este tipo de agresiones. Por ejemplo, se ha prohibido el alcohol en las fiestas. También, se ha entregado material “informativo» en la comunidad sobre cómo el consumo de alcohol puede ser “peligroso” de forma diferente para las mujeres que para los hombres.

El “Violador de Stanford”, como fue apodado en redes sociales, logró evitar una pena mayor después de que el juez Aaron Persky decidiera que pasar tiempo preso podría generar un fuerte “impacto” en la vida de Turner. Su padre, quien aparentemente tiene buenos contactos, apoyó a su hijo en todo momento, considerando que no debería haber sido condenado sólo por “20 minutos de acción”.

En un país en el que una de cada cinco mujeres universitarias ha reportado algún tipo de agresión sexual, es verdaderamente indignante ver cómo se sigue poniendo en la víctima la responsabilidad sobre ello. La víctima nunca es la culpable y eso es algo que las universidades estadounidenses deberían ser las primeras en comunicar.

Pero no es así. Hay muchos intereses detrás de las instituciones académicas, que niegan estas cifras y reportan números diferentes. Sin embargo, los testimonios continúan llegando por diferentes canales. Incluso a través del documental “The Hunting Ground”, que exhibe esta situación incluyendo la poca acción de las universidades, y que llegó a los Oscar este año, respaldado por la canción “Til It Happens To You” con una tremenda interpretación de Lady Gaga.

Quizás estas cifras puedan parecer alarmantes, sobre todo para un país que consideramos mucho más avanzado que el nuestro en materia de seguridad. Sin embargo, nada va a poder compensar lo que la víctima de Brock Turner vivió en ese momento y lo continúa viviendo. Nada va a poder arreglar lo que se rompió. Tres meses preso no van a disminuir el verdadero impacto que esta mujer vivió.

Los sobrevivientes de una violación y de una agresión sexual son dejados a un lado cuando se ve un caso como éste. ¿Qué hizo Brock Turner para salir rápido de este “problema”? Aparentemente, el muchacho además de tener sexo sin consentimiento, es un muy buen nadador con aspiraciones a volverse un atleta de alto rendimiento. Eso explicaría el interés de la comunidad universitaria en mantenerlo en sus filas. ¿Justificaría ayudarlo en este proceso para que saliera libre en solo 90 días?

A veces pensamos que en nuestro país la violencia contra las mujeres es peor que en otros lugares. Este tipo de casos internacionales, que por su crudeza nos pueden parecer cercanos, nos hacen descubrir que no es un tema exclusivo nacional. El país más popular del mundo, Estados Unidos, no ha podido detener las agresiones sexuales en las comunidades universitarias en las instituciones del más alto prestigio. Pareciera ser que ni siquiera ha intentado hacer algo. Eso es algo que solo sucede y de lo que no está bien visto hablar.

Es importante detenernos a ver que los sobrevivientes a este tipo de abusos, son personas que han logrado levantarse de una de las heridas más profundas que puede vivir un ser humano. Por lo tanto, sus historias merecen todo el respeto y el apoyo posible. Y aunque sus agresores estén paseando por las calles y viviendo como si nada hubiera pasado, siguen siendo un peligro para otras personas que tarde o temprano, pueden volverse nuevas víctimas.

En temas de abusos sexuales hay muchísimo que podemos hacer para evitar que existan más casos como el de Brock Turner. Hablar del tema es un paso fundamental. Llevemos la discusión a las nuestras distintas mesas, expliquémosle a la gente qué es el consentimiento y sobre todo, dejemos muy claro que las víctimas nunca tienen la culpa de una violación, no importa si están vestidas de determinada manera, si están ebrias en una fiesta o si están solas en la calle. Nadie debe sobrepasar ciertas barreras y, si alguien lo hace lo hace, entonces es un criminal, un violador, alguien que no merece estar libre en la sociedad.

¿Qué opinas sobre este caso? Cuéntanos qué más podemos hacer para evitar que se sigan repitiendo historias así.

Con información de: Vox y The Hunting Ground.
Foto: Pablo Fernández.

Laura Ramírez Delgado. «Feminismo pop». «Lo que sea por una vida mejor» es mi mantra. Soy comunicóloga por el Tecnológico de Monterrey y algún día pisé la UNAM para estudiar Letras Inglesas. Fundé Funkrea en complicidad con un ingeniero y hoy sobrevivo a un MBA en EGADE Business School, con las Dr. Martens bien puestas. Soy aficionada al fútbol con corazón azul y piel dorada. Se me considera una rockola humana con el gusto musical más raro del universo. Rescaté a Perrecito, quien es mi compañero de aventuras. No funciono sin café, soy feminista y también Batman.