El necesario regreso de un TITÁN

Texto y fotos por Juan Carlos Urrutia.

La escena musical en México parece aletargada ya desde hace varios años. Muy atrás ha quedado la época en que surgieron grupos que revolucionarían la manera de entender y escuchar la música en el panorama nacional. El género rock ha desaparecido en su más pura esencia para dar paso a bandas easy listening que son complacientes con el público joven y algunos adultos contemporáneos, entregando letras melosas, abordando temáticas cotidianas que conectan directo con nuestros oídos y nuestros corazones habituados a productos de fácil acceso y consumo. Letras simples acompañadas, en la mayor parte de las ocasiones, de música alineada a los estándares que va marcando la moda. Grupos van y vienen, intentando sobresalir entre ese mar de opciones, intentando marcar su propio sello, pretendiendo ser especiales, pretendiendo…

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Entre las pocas excepciones, TITÁN es una propuesta única.

Y no es que la agrupación actualmente integrada por Emilio Acevedo, Julián Lede y Jay de la Cueva haya surgido hace un par de años como un oasis entre el desierto que significan las bandas favoritas de los Millenials, no; es una banda con una trayectoria de más de 20 años de existencia cuyo mayor mérito ha sido no pretender, sino crear; aun cuando ese, su mayor mérito, los ha alejado de los sometidos oídos de las masas.

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La noche del jueves la Ciudad de México volvió a respirar, los corazones volvieron a palpitar. El escenario: El Plaza Condesa, que tuvo el honor de presentar a TITÁN con su cuarta producción discográfica “Dama”, tras 11 años del lanzamiento de su disco homónimo; ante un público que anhelaba reencontrarse con ese trío que lejos de ser una banda más, son un concepto que nos permite conocer las infinitas posibilidades de la música. Con ellos no hay límites.

Los más fieles seguidores no controlaron su furia al observar que las manecillas del reloj avanzaban y el grupo no aparecía en el escenario. “¡Ya mejor trae a Moderatto!”, “¡Te estás tardando, Silverio!”, se escuchaban los gritos desesperados, ávidos de escuchar, de vivir, de revivir.

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Poco más de 20 minutos de espera habían transcurrido cuando las luces comenzaron a bajar y se comenzó a escuchar de fondo la melodía de “Himno”, doceavo track del nuevo disco, para posteriormente dejarnos ver a Emilio caminar lentamente hacia el centro del escenario en medio de los gritos que esta vez fueron de “¡Nunca se fueron!”, “¡Son una pistola!”; el segundo en aparecer fue Jay de la Cueva y al final apareció Julián, sereno, sobrio, emocionado; pero concentrado.

Las luces se apagaron, entre penumbras algunos observamos como una silueta femenina subía de un brinco para colocarse justo enfrente de Emilio, las luces se encendieron “…haciendo que todo sonara más parecido a como nosotros lo oíamos. Y haber recibido el ejemplo. El disco más oscuro”; así con “El rey del swing” TITÁN comenzó a predicar. Sí, esa silueta que apareció de sólo Dios sabe dónde, era la misma chica que aparece en el video, contoneándose desarticulada al ritmo de las secuencias, en medio del estado casi hipnótico en el que todos caímos instantáneamente, dejándonos guiar, escuchando, observando, sintiendo, aprendiendo.

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Las vampiras hicieron acto de presencia con “Hell.A”, tema también del nuevo material, con la participación de Siobhan Fahey de “Bananarama”. Y el banquete apenas comenzaba.

Continuaron con más temas del “Dama”, como “Apache” y “Tchaikovsky”. Los invitados especiales se entregaron cada uno en la interpretación que le correspondía. Jay se movía con una energía inagotable del piano al sintetizador y de ahí a la batería, Emilio de vez en vez agarraba el bajo y Julián estiraba una mano para poner la secuencia, con el pie cambiaba el efecto en la pedalera y tocaba con maestría la guitarra. Un absoluto viaje, algo irreal es lo que presenciamos. Pobre de aquel que parpadeara, todos bailando pero sin parpadear.

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“Odisea 2001” puso a silbar y despeinarse a todos. El éxtasis se respiraba, la alegría al borde de la histeria era inevitable.

“Sangre”, con ese toque de sensualidad y seducción que le daba el cuarto músico sobre el escenario tocando con alucinante destreza la batería, nos dejó apreciar la calidad tremenda de este nuevo disco que fue recién lanzado en el mes de octubre.

Con “Dama negra” y “Dama fina” (cuyo video ya se puede ver en los canales habituales) los tres músicos agradecieron y salieron del escenario; para minutos después regresar e interpretar “1,2,3,4” y “Corazón”, tema que los habría puesto en la mira de propios y extraños al formar parte del soundtrack de la película “Amores Perros”.

¿Cuándo los volveremos a ver? ¿Será tan larga la ausencia una vez más? No lo sabemos; pero lo que sí estamos seguros es que con su presentación del jueves TITÁN nos dio razones suficientes para volver a creer. Llámenles genios, llámenles excelentes músicos, llámenles locos; pero como sea, son unos fuera de serie y eso siempre se va agradecer.