Por Asfaltos.
Escribo esta columna a días (muy pocos en realidad) del estreno de la próxima cinta de la franquicia Star Wars, «Rogue One: A Star Wars Story». Sí, naturalmente que ya con boleto en mano, y sí, desde luego alistado a una función de medianoche en glorioso IMAX y… bueno, sí, en 3D pero a ver qué tal. El asunto es que como todo buen fan, ahí estaré, y con gusto por este medio (sin spoilers) estaré listo para conversar las primeras impresiones de una de las cintas más esperadas del año.
«Rogue One: A Star Wars Story», como ya escribí en un texto anterior, es una pieza importantísima en el nuevo universo que la Lucasfilm Ltd. en su etapa Disney está construyendo. Se trata de la primera cinta fuera de los «episodios» a los que nos habían acostumbrado, sin aparentemente ningún Jedi, con una banda sonora sin la intervención de John Williams, y en fin, una serie de elementos nuevos que si bien muy cuidados, no dejan de ser novedosos para esta nueva aventura angular en el futuro próximo de Star Wars en la pantalla grande.
No es que para la anterior «Star Wars: The Force Awakens» los detalles no contaran, desde luego que sí y basta adentrarse al contenido extra de las versiones caseras para darse cuenta de ello, pero al ser
«Rogue One: A Star Wars Story» una «especie» de «Epiosodio 3.9» -al terminarse muy cerca de donde comienza «Star Wars: Episode IV – A New Hope»-, muchas cosas tienen que ajustarse de manera tal que el choque visual no sea tanto que rechacemos de inmediato a la nueva película como parte del universo. Y es que también, para los detalles, todos los involucrados en Star Wars se pintan solos.
En el «Star Wars Archaeology Panel» realizado en el marco de la pasada Star Wars Celebration Europe 2016, John Knoll (Director Creativo), Doug Chiang (Vicepresidente Ejecutivo Director Creativo) y Kevin Jenkins (Director de Arte Supervisor) nos enseñaron con ora sí que lujo de detalle, parte del trabajo que han realizado dentro de las películas de Star Wars. Fue Knoll, de manera específica, quien compartió parte del desarrollo de algunos de los elementos presentes «Rogue One: A Star Wars Story».
¿Arqueología de Star Wars? Ridículo, dirán quienes son ajenos a las cintas, pero en estricto sentido, al tener que investigar y estudiar muchos de los elementos originales de las películas para su posterior recreación y reutilización, resulta una labor fundamental que requiere mucha -muchísima- paciencia… Vaya, ni yo con el tremendo amor al arte de la saga duraría mucho en labores tan detalladas como las de estos talentosos miembros de Lucasfilm.
«Rogue One: A Star Wars Story» se lleva a cabo en el universo de la primera Star Wars, en donde la Death Star, los Star Destroyers ylas naves rebeldes están presentes al igual que cada uno de los elementos que recordamos de tantas veces de ver la primer trilogía. Es decir, todo debe encajar perfectamente de la manera en la que lo recordamos, porque si no, no va a funcionar de entrada, y sí, «nos va a chocar» (sí, ya hablo como fan). Sin embargo, afortunadamente, los responsables de estos detalles dentro de Lucasfilm Ltd. son también fans, y fans que aman precisamente ese cuidado y amor al arte que hacen que su labor sea fiel a lo que ellos mismos quieren con tanto fervor. Sí, ¡ecuación ganadora!
En la charla de Knoll nos encontramos entonces con una muy cuidadosa recreación de los hangares de la Death Star. Del mismo modo una detallista recreación de la misma estación espacial (que no es una luna), y que por cierto tuvo que partir con ayuda de fotografías pues el modelo original al parecer lo resguarda un coleccionista llamado Gus López. ¿Los planos de la misma Death Star que se proyectan en «Star Wars: Episode IV – A New Hope» y que (spoiler…) son robados por los personajes de «Rogue One: A Star Wars Story»? Sí, tienen que estar y para ello tuvieron que ser reconstruidos pues el archivo original se perdió. Los Stormtroopers que conocimos regresan pero con mejoras a los diseños anteriores que eran mas bien artesanales y manuales; es decir, se regresó a la idea original, sí, pero se ejecutó de una mejor manera. Los Star Detroyers, en una acción que muchos fans ya habían realizado, vivieron un proceso de inventario para las piezas de juguetes que les sirvieron como textura. Y para la base en Yavin 4, el cuarto táctico fue muy bien estudiado y recreado, y el hangar original reconstruido y ampliado. Es decir, como quien dice, sí hicieron muy bien su trabajo.
Como ven, de manera muy breve, los detalles en «Rogue One: A Star Wars Story» son desde ya elementos imperdibles a los que habrá que poner mucha atención. Además de los ya mencionados, también habrá que ponerles un ojo a los demás que se nos irán introduciendo visual y sonoramente en una cinta que estoy seguro servirá para ampliarnos aún más el universo de Star Wars; y que servirá también para irnos introduciendo nuevas ideas que serán explotadas en próximas películas, series, videojuegos, cómics, libros y demás. Pero vale, eso, lo hablaremos luego para no entrar en especulaciones y mejor dejar el camino libre para las horas restantes para el «día D» de Star Wars este 2016.
Es así que con esto me confieso ya listo para el estreno de «Rogue One: A Star Wars Story»; espero que del mismo modo ustedes, estimados lectores.
Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.
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