Por Asfaltos.
Para este último Jueves independiente de 2016 (el de la próxima semana será el tradicional recuento de fin de año), he seleccionado una melodía que mas que extranjera es… extraña. Y es que si bien el responsable de esta melodía sí es un extranjero, podríamos también afirmar que como quien dice, el autor, autor de esta canción, no es siquiera un humano. Say what?
Hang Chu, de acuerdo a su curriculum en línea un estudiante de doctorado en la Universidad de Toronto, es el responsable de una curiosa (por llamarla de algún modo) melodía navideña que podría ponerle el pelo de punta a más de uno.
¿Se han puesto a pensar alguna vez si en el arte podríamos ser desplazados por los robots? Queda claro que en lo que respecta a habilidades técnicas, un robot bien diseñado desplaza sin mayor asunto a un ser humano igualmente bien capacitado; ¿pero en lo que respecta a la creatividad humana, podría ser que alguna vez fuésemos desplazados por las máquinas?
De momento es difícil afirmar que sí, pues ya de por sí el arte es algo complejo de definir, pero el asunto es que a raíz de un proyecto de Hang Chu, una máquina fue retada retada a crear con base en la imagen de un árbol de navidad, un villancico navideño… ¡Sí! ¡Una máquina autora de un villancico navideño!
Lo cierto es que detrás del reto a la máquina, Chu termina siendo el responsable pues expuso a la máquina a 100 horas de música digital, imágenes del videojuego «Just dance», 50 horas de letras de canciones, un trabajo de asociación entre imágenes y palabras, y más.
¿El resultado…? Escúchenlo ustedes. La verdad es que difícilmente es algo que pondría yo en la cena navideña de mi familia o amigos; sin embargo, para ustedes, es algo que me vi en la necesidad extrema de compartir.
Ah, por cierto, ¿alguien más sintió la piel chinita con la frase «I can hear the music coming from the gall?«? No vaya a ser que Hang Chu sea el responsable también de la primer conciencia artificial, muy al estilo de Skynet en «Terminator».
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