Por Asfaltos.
Caminar las calles de Ciudad de México como habitante, es distinto a hacerlo como visitante. Así le pasó a Miguel Ángel Tobías, director español del cine documental «El caos y el orden», quien cuenta a partir de su experiencia la historia del pintor y escultor mexicano Manuel Felguérez.
«Lo primero que yo descubrí de Manuel fue evidentemente su obra», me cuenta Miguel Ángel Tobías, en entrevista para Reconoce MX. «Yo llevo yendo y viniendo a México 5 años, prácticamente todos los meses, y pues me he ido encontrando la obra de Manuel Felguérez en la calle, en los museos, en edificios, en mil sitios. Un día, esta curiosidad lógica de alguien que se dedica a contar historias por el mundo como es mi caso, me hizo ponerme a buscar y ver quién era realmente Manuel Felguérez.»
La sorpresa fue grande, pues Miguel Ángel se esperaba a un artista de 50 ó 60 años, no a uno cercano a los 90. Fue así, que asombrado por la figura de Felguérez, Tobías se dedicó a investigar primero si no se había hecho ya alguna película sobre la vida y obra del artista. «Hubiera sido una frustración para mí que sí; la hubiera visto feliz y encantado, pero ya no me hubiera plenteado nada más. Al ver que su película no estaba hecha, yo pensé que Manuel Felguérez tenía una importancia como artista y como intelectual en México pero de talla internacional que se tenía que contar».
Nacido en Valparaíso, Zacatecas, un 12 de diciembre de 1928, Manuel Felguérez fue desde siempre un individuo curioso. Desde niño, como se menciona en «El caos y el orden», a Manuel le distinguió esa curiosidad natural que le permitió experimentar con diversas formas de expresión que finalmente lo llevarían a su labor como artista.
Amigo del escritor Jorge Ibargüengoitia, a quien conoció en su paso por los Scouts de México, Manuel Felguérez se convertiría junto a artistas como Vicente Rojo, Fernando García Ponce y Lilia Carrillo, en parte de la primer generación de artistas abstractos mexicanos; generación que se distinguiría, además de por su talento, por su clara confrontación con la tradición de la Escuela Mexicana de Pintura, encabezada por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
Partiendo del complejo proceso de creación de un artista de la talla de Felguérez, Tobías construye una historia que emociona por lo variado y arriesgado de la obra que presenta. Sin límites, siempre experimentando, el trabajo de Manuel Felguérez funciona también como un repaso necesario por la historia de la pintura y escultura mexicana. Con la gratitud, amabilidad y apertura que el propio atrista le otorga a Tobías, es como «El caos y el orden» se termina convirtiendo también en un documento visual necesario para comprender y conocer de mejor manera parte de la historia de la capital mexicana.
Disfrutar la obra de Manuel Felguérez, capturada perfectamente en el trabajo de Miguel Ángel Tobías, es adentrarse en la mente de un artista en constante movimiento. Tobías nos regala a los mexicanos un trabajo invaluable que captura la esencia de uno de los artistas nacionales más importantes de los últimos años.
«Para mí es fascinante ver las caras de los mexicanos cuando veis la película; la película permite que uno redescubra este México», me confiesa un emocionado Miguel Angel Tobías.
«El caos y el orden» se puede disfrutar desde ya en cines mexicanos, por lo que si ustedes no están muy interesados en naves, láseres y seres de otros planetas, esta es definitivamente su opción cinematográfica. Como plus, aprovechando los días de descanso que se vienen, un paseo por Paseo de la Reforma de Auditorio Nacional a Alameda Central, no es de ninguna manera una mala idea.
Con imágenes cortesía de IQ Icunacury Acosta & Co.
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