Felipe Calderón para presidente

Por Daniel Higa Alquicira.

Todo parece que Felipe Calderón es el que está haciendo campaña para competir por la presidencia de México en el 2018. Al estilo Donald Trump está activo en redes sociales, manda retos a todo el mundo, busca espacios para poder hablar y continúa fiel a su estilo de confrontación.

La familia Calderón Zavala es el prototipo tradicional de un hogar feliz y perfecto. Un marido ejemplar, una esposa abnegada y unos principios religiosos preponderantes.

Bajo este modelo, sus allegados y aliados políticos consideran que ha llegado el momento de que Margarita Zavala compita por la presidencia en 2018 pero siempre bajo la sombra y la figura del hombre de la casa.

Parece que él será el encargado de poner el nombre de Margarita Zavala en la agenda, pero otra vez a partir de la figura del hombre como punta de lanza.

Mientras la señora de la casa aparece en escenarios pequeños y mantiene un discurso positivo sobre encuestas y decisiones “responsables” de los votantes, su esposo aparece en medio de temas polémicos que le roban toda la cámara a la “exitosa” campaña presidencial de su cónyuge.

“En el momento en el que yo estoy, como estoy arriba en las encuestas, se genera una serie de críticas hacia mi persona y otras tendrán que ser inventadas. No me da miedo la guerra sucia, ni los ataques”, dijo Zavala, quien respondió sobre si Felipe Calderón le hace labor de campaña.

¿Será una familia tradicional pero muy moderna, en donde la mujer manda, decide y se respetan sus decisiones? ¿O será el prototipo muy tradicional y ultra conservador, en donde se reafirma el modelo de que a pesar de todo, la mujer no es apta para ir sola en temas laborales?

Si México se supone está listo para que una mujer sea presidenta, lo que menos esperamos de ella es que su figura y peso específico sea auténtico, que no despierte estas dudas sobre su capacidad y liderazgo y que se deslinde sobre todo de su esposo, que por cierto ya fue presidente.

Sin caer en temas extremos de machistas, estas acciones y actitudes de la pareja aspirante a Los Pinos nuevamente, está jugando ese doble rol en donde le dicen a la mujer “tu puedes”, pero de inmediato le corrigen para recordarle que las “cosas se hacen como dice el hombre”.

Es difícil calificar la capacidad de Zavala cuando en realidad su participación en la política ha sido de muy bajo perfil. Siempre apareciendo como la “esposa de…” y no como una mujer que puede separar su vida privada de su trabajo.

Y que esto no se confunda con un tema de misoginia, es más bien una reflexión que me lleva a la posibilidad de que Zavala puede ganar las elecciones, pero quien gobernará nuevamente será Felipe Calderón.

Lo más sano para Zavala, sería que Calderón dejará de aparecer en foros públicos, que limitara todas sus actividades a temas privados y que permitiera a su esposa dar la cara, hablar de frente a los votantes y explicar cuál será su propuesta de campaña y su plan para gobernar.

Que al menos de mi parte, escucho muchos discursos sobre “guerras sucias”, “acusaciones falsas” y “ventaja en las encuestas”, pero muy poco sobre sus planes políticos.

Todo se limita a ganar las elecciones. ¿Pero, por qué suponen que ella sería buena presidenta? ¿Solo por su condición de mujer? ¿O por ser esposa de Calderón? ¿O por tener esa imagen de esposa y madre perfecta –que no dudo que lo sea–?

Yo le confiaría mi voto solo si demuestra que ella es la de las ideas, la de las propuestas y que tendrá el suficiente valor y ética profesional para hacer a un lado a su esposo si tuviera que gobernar al país; de otra manera, todo será estrategia única y exclusivamente para hacerse del poder (una especie de los Kirchner en Argentina y vean en lo que terminó la cosa).

Y esta exigencia se la hago a cualquier candidato del sexo masculino que pretenda ganarse mi voto.

Foto: Ministerio del Ambiente.