Por Asfaltos.
Seguimos en nuestro viaje al pasado, para ser precisos al año de 1997, hace ya unos muy buenos 20 añotes. La escena rockera nacional, muy distinta a la que goza hoy de los muchos beneplácitos actuales, sufría más si se trataba de darse a conocer en la clandestinidad… es decir, la independencia.
Un grupo que provocaba justo lo que su nombre verbalizaba es la que traigo al recuerdo el día de hoy. Ansia era su nombre y para aquellos que se le puedan acercar hoy día, es probable que además de la ídem, les generará también un poco de rechazo. Pero no sean así, déjense llevar un poco a la propuesta sonora de este grupo al que le gustaba la carga sonora en muchos sentidos; desde lo musical, con un sonido rockero o nu metalero clásico de la década, hasta lo lírico, donde la carga de lo sexual se destaca de manera muy marcada.
Tras «Mermelada Tabú» (1997), tercer álbum en su carrera, los Ansia terminaron una carrera que combinó diversos géneros que ante todo privilegiaron siempre esa libertad que les brindó su carrera libre sin atadura alguna. Es cierto que como ya expresé se puede dificultar un poco el escuchar un álbum que rompe la generalidad de lo que normalmente nos permitimos disfrutar; pero vale, sobra decir que esa es la verdadera atracción de éste.
Metal, rock, funk y ritmos latinos son parte de los ingredientes de un grupo del que les dejo su emblemática «Mermelada Tabú». ¿Alguien por acá que los haya visto en vivo y que guste evocar alguna anécdota? Seguro sus presentaciones eran tan bizarras como su música; lo cual, insisto, estaba chido.
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