‘Alien 3’, el verdadero final de la saga

Por Asfaltos.

Mucho ruido está haciendo el próximo estreno comercial de «Alien: Covenant» (2017), la ¿secuela? de «Prometheus» (2012) y la precuela de la «Alien» (1979) original. De la mano del director de la primera cinta de la subsecuente saga, Riddley Scott, los ánimos y expectativas para la nueva cinta están en todo lo alto. A mí, particularmente, me entusiasma mucho el próximo estreno.

Sin embargo, también, no voy a decirles que no me genera un poco de ansiedad todo lo que está sucediendo alrededor de la franquicia Alien. No dejo de preguntarme los motivos por los cuales Scott está tan obsesionado en contarnos la historia previa a la «Alien» que protagonizó Sigourney Weaver. ¿De verdad hay una gran historia como nos la intenta vender? ¿Terminará de redondear una inacabada «Prometheus» o terminará cediendo al hecho de que todos -obviamente- queremos ver más aliens espantando y destripando personas? Las preguntas son muchas, y aumentan en número cuando en el trailer de la ya mencionada próxima película, es más claro el efecto nostálgico de la primer «Alien», que cualquier otra señal hacia «Prometheus» -que no sea, desde luego, la presencia del actor Michael Fassbender-.

En fin, en todos estos pensamientos andaba, cuando me quedé reflexionando que quizá lo mejor hubiera sido dejar a la franquicia con su muy digno final en la «Alien 3» de David Fincher -sí, aunque al señor Fincher no le guste demasiado-. Y es que «Alien 3» es probablemente la película menos apreciada de la saga.

No diría que soy un fan de la saga de Alien, pues ser fan para mí significaría el mismo nivel de fanatismo que tengo por ejemplo con «Star Wars», pero sí puedo afirmar que es una de las series de películas que más me han atrapado a lo largo de mi vida cinéfila. Poseo historietas de la franquicia, me encanta el diseño del Alien y por ahí he seguido una que otra historia de esas que surgen de los fanáticos relacionadas a este universo. Sin duda alguna Alien, y todo lo que tiene que ver con la ella, es alucinante para los que amamos la ciencia ficción. ¿Acaso alguien se ha puesto a pensar qué demonios pasó por la cabeza del diseñador de este monstruo? Eso ya será para otra columna…

«Alien 3» es una película que ha sido poco valorada por los que han seguido esta serie de películas. La primera sin duda es la mejor, pues nos mete en un espacio donde el terror se apodera de los tripulantes de una embarcación donde efectivamente si hay peligro, nadie les escucha… «Alien» es una de esas películas geniales por el suspenso que logra combinando elementos de ciencia ficción con otros cuantos de thriller y de cinta de terror. Si a eso le sumamos un monstruo como el que aparece (aunque ahí hay momentos que da risa por las obvias limitantes tecnológicas), el resultado es la memorable «Alien». Para «Aliens», la segunda en la serie y que dirigió James Cameron, si bien hay suspenso, a la ecuación añádanle un mucho de acción. Sí, «Aliens» es mas bien una película de acción. Con «Alien 3» la saga refresa al terreno del suspenso suspenso, de hecho, en una cinta muy similar a la primera.

En la película de David Fincher nos encontramos de nuevo en un espacio como en el que se nos ubicó con la Nostromo de la primera cinta de Riddley Scott. En este caso Ripley llega a un planeta que es utilizado como cárcel; los prisioneros han formado una hermandad que de alguna manera los distrae y los hace convivir en lo que es francamente un espacio de abandono por parte de quienes los dejaron a su suerte. Es en ese momento que llega Ripley, a desestabilizar a una comunidad que la ve primero como a una mujer (de esas que hace años que no llegan), y segundo como a una intrusa. Todo cambia cuando el alguna vez «octavo pasajero» se hace presente en la película.

Resulta maravilloso ser parte de la transormación por la que ha tenido que pasar Ripley a raíz de su encuentro cercano desde la primera cinta; hay que recordar que Ripley tuvo que hacerse de valor para pelear contra una amenaza que fue terminando poco a poco con sus compañeros de tripulación. En la segunda cinta se arma nuevamente de valor y se apodera de todo lo que trae consigo para eliminar una vez más, y esta vez también «a la perra», con el valor que le caracteriza. En esta tercera cinta es evidente que ha entendido su papel dentro de la persecución que la «compañía» ha hecho para hacerse de un arma biológica a costa de las vidas que sean necesarias.

 

En medio de este ambiente apocalíptico donde la fe reina en los prisioneros que entienden que al final morirán todos, pero que lo importante será cómo se enfrenten a ese final, Ripley crea empatía con ese mismo destino y de alguna manera decide acabar de una vez por todas con ese individuo que le ha perseguido en los últimos años.

El final de «Alien 3» bien vale la película completa. Ripley, en una escena realmente bien cuidada por Fincher, decide terminar con su vida y llevarse consigo al monstruo que terminó con tanta gente que apreció. Así, sin más, debió haber terminado la serie de Alien; pero no, ahora resulta que hay todo un universo expandido y que la zozobra por saber cómo terminará llevándose todo a buen puerto, no deja de provocar que me carcoma las uñas.

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.